EN EL 484 ANIVERSARIO

La celebración del 484 aniversario de Arequipa ha transformado la ciudad en un festival de color y tradición. En cada rincón, se siente el fervor de los arequipeños por su tierra y la creatividad se ha desbordado en manifestaciones que van desde lo más tradicional hasta lo más novedoso.

En las calles principalmente del Centro Histórico se puede apreciar vehículos decorados con el escudo de Arequipa. Pero no solo los autos han adoptado el espíritu festivo. En las tiendas es común encontrar a la venta ropa para mascotas inspirada en los trajes típicos, con monteras y faldas bordadas.

El emblemático mercado San Camilo, siempre lleno de vida, se ha convertido en un reflejo del fervor festivo. Los puestos de frutas, atendidos por señoras vestidas con atuendos en color rojo carmesí de la bandera de Arequipa, son un espectáculo visual que evoca la calidez y hospitalidad de la gente de la ciudad. Las frutas, dispuestas con esmero, parecen brillar con un colorido aún más intenso bajo la luz que se filtra por los techos del centro de abastos.

Además, el recinto ha sido decorado con banderines y estandartes que cuelgan desde los techos, creando un ambiente festivo que acompaña a quienes recorren sus pasillos en busca de productos frescos y recuerdos típicos.

Los portales del Centro Histórico, adornados con estandartes y frases alusivas al aniversario, invitan a los transeúntes a detenerse y reflexionar sobre el significado de esta celebración. Frases como «Arequipa, soy feliz en tu regazo» decoran los estandartes que cuelgan de los portales, acompañados por los colores de la bandera que ondean al viento.

Las calles aledañas, engalanadas con banderines carmesí ofrecen un recorrido visual que resalta el orgullo de ser arequipeño. La venta de banderas ha aumentado considerablemente en los días previos al aniversario, con vendedores que ofrecen estas insignias en cada esquina, asegurándose de que cada hogar, tienda y oficina tenga su propio símbolo de identidad.

Este 484 aniversario ha sido una muestra del amor que los arequipeños sienten por su ciudad. Desde los pequeños detalles, como las mascotas con trajes típicos, hasta las grandes decoraciones en los portales y mercados, Arequipa ha demostrado que su historia y tradición están más vivas que nunca.