Arzobispo llama a la unidad y critica ideologías que niegan a Dios
DURANTE MISA EN LA CATEDRAL
Ayer, miércoles 14 de agosto, el arzobispo de Arequipa, Javier del Río Alba, ofició la misa y Te Deum por el 484° Aniversario de la Ciudad Blanca. Durante la homilía, monseñor Del Río Alba destacó que Arequipa es «la mansión de Dios», pues fue fundada en el día de la Asunción de la Virgen María a los cielos.
Aprovechó la ocasión para cuestionar a las ideologías y colectivos que niegan la existencia de Dios y que, según él, generan división entre la población y nuestras autoridades.
En el contexto del aniversario de la fundación de Arequipa, monseñor Del Río Alba afirmó que Dios busca entrar en la vida de los arequipeños para rescatarlos del mal. Agradeció a Dios por los casi cinco siglos de historia de la ciudad, asegurando que el Señor brinda un amor infinito. Además, oró para que Arequipa pueda encaminarse hacia el desarrollo y la felicidad como región. Bajo esa consigna, pidió la intervención del Espíritu Santo para que las autoridades trabajen siempre por el bien común de los arequipeños.
«Esta mañana hemos cantado ‘ven Señor a tu mansión’, y es que Dios ha querido que Arequipa sea su mansión, no solamente la Catedral. No en vano Arequipa se fundó un 15 de agosto, día en que la Iglesia celebra la fiesta de Asunción de la Virgen María a los cielos. (…) El cristianismo no se mueve en el binario de premio y castigo, sino que nos lleva a experimentar la dicha de Dios en este mundo, así como lo dijo Jesús en el Evangelio», mencionó el arzobispo durante la culto.
Además, el monseñor aprovechó la ocasión para cuestionar a las «ideologías y colectivos» que niegan la existencia de Dios y la naturaleza humana. Según él, estas ideologías buscan erradicar a Dios del actuar diario, dejando una visión «inmediatista» y «utilitarista». Del Río Alba advirtió que si se niega la existencia de Dios y se prioriza el «yo» y los intereses particulares, la sociedad se dividirá. Ante este panorama, invitó a la población a ponerse de acuerdo en metas comunes y superar las polarizaciones, que –según aseguró– son cada vez más radicales y terminan perjudicando a los arequipeños.
«No hay disposición para dialogar ni buscar objetivos comunes. Simplemente se ‘cancela’ al otro, y cancelamos uno por uno hasta quedarnos con nuestro pequeño grupito que piensa igual que nosotros. Volviéndonos autorreferenciales, sin ser capaces de contrastar opiniones distintas. Esto pasa a nivel de sociedad y la familia. Las víctimas son el pueblo y los pobres. Esto se evidencia en el cada vez mayor índice de desnutrición, más brechas sociales y peor enseñanza en las escuelas del Estado», afirmó Del Río Alba.
El llamado del arzobispo Javier Del Río Alba en este aniversario de Arequipa busca recordar a los ciudadanos la importancia de la unidad y la fe en un contexto social cada vez más polarizado. Su mensaje resalta la necesidad de superar las divisiones y trabajar juntos por el bien común, apelando a los valores cristianos que han sido pilares de la historia de la Ciudad Blanca.