Sabores heredados: El amor de la picantera se siente en cada uno de sus platos

Por: Maria F. Urday Rivera

En las mesas largas de las picanterías es donde los lazos de la amistad nacían

Entre las sombras de los imponentes volcanes: Chachani, Misti y Pichu Pichu, rodeado de sillar o campiña viva, se encuentran rincones donde se escucha yaravíes arequipeños y sobre la mesa una espumosa jarra de chicha de guiñapo espera, mientras en la cocina la picantera sirve un plato de historia y tradición culinaria, donde mantiene vivo su legado y sabor.

Las picanterías de Arequipa forman parte de la representación más original de la ciudad. Muchas de ellas son administradas por familias que han transmitido de generación en generación el arte de preparar platos tradicionales, como es el caso de “La Dorita”, que está dirigida por Lily Pauca, tercera generación de mujeres picanteras de su familia.

Desde muy pequeñas, más de una picantera, han fortalecido un lazo inquebrantable con la cocina. Es allí donde se recuerda a la abuelita Simona, fundadora de la picantería «El rojo», quien inició su legado y compartió con su familia todas las recetas secretas de los platos tradicionales.

Las Mesas largas en las picanterías son para sociabilizar

Lili Pauca, recuerda que en los inicios de las picanterías estas eran más sencillas. “Eran como una ramadita donde había mesas largas, con bancas. Donde entraban usualmente más de una familia y las personas estaban acostumbradas a compartir.” Es un hecho resaltante este tipo de almuerzos, donde un gran número de personas se sentaba juntos en una enorme mesa. Eso les permitía conocerse más y compartir. Incluso importantes reuniones y festejos se hace juntar las mesas para estar más cerca y poder conversar entre todos.

Sin embargo, esta costumbre cambió con el pasar del tiempo, ya que actualmente cada familia cuenta con una mesa individual. Por lo que se habría perdido uno de los motivos de la creación de estos rincones gastronómicos, es decir, la socialización entre las personas.

A pesar de ello, la fidelidad de los comensales mantiene vigente hacia las picanterías, Lily, recuerda que muchos se han sentado en su mesa por más de 20 años, quienes en cada visita esperan contar con la presencia de la picantería, ya que su presencia representa la frescura de cada plato.
“Si bien se cuenta con un personal de apoyo, una disciplinada picantera siempre tiene que estar presente desde la adquisición de los insumos y la verificación de los sabores, ya que nuestra garantía es mantener una consistencia con los sabores heredados. El amor de la picantera se siente en sus platos.” Asimismo, recomienda a las personas que visitan por primera vez una picantería, degustar el incomparable chupe de camarones, para así vivir y llevar la experiencia de este plato bandera.

El Dato

A pesar de que muchas picanterias se encuentren en zonas urbanas, procuran conservar en cada espacio la tradición y sabor de los platos culinarios. Empleando para su elaboración el mecanismo más antiguo y artesanal de la cocina arequipeña «El batán»

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