El hombre de barro. El Gólem
Por: Pedro Rodríguez Chirinos – Asociación Rerum novarum
“En el siglo XIX, diversos autores recogieron una curiosa historia que se remontaba al tiempo en que el emperador Rodolfo II (1572-1612) instaló su corte en la ciudad de Praga. Se contaba, en efecto, que tras la desaparición de un niño cristiano la población acusó a los judíos que vivían en la capital checa de haberlo secuestrado para asesinarlo y utilizar su sangre en los sacrificios que realizaban durante la Pascua. Se trataba de una acusación falsa, típica de los «libelos de sangre» que sufrieron los judíos desde la Edad Media. Rodolfo II no pudo sino condenar al destierro a todos los judíos de la ciudad, o incluso matarlos, según algunas versiones de la historia.” (López, 2023)
Era una amenaza. Un dirigente llamado Rabbí Löw, decidió intervenir. El rabino había tenido un sueño en el que se le ordenaba construir un ser artificial conocido en la tradición judía con el nombre de gólem. Para ello, se ayudó con dos rabinos amigos y tres hombres, y se dirigieron a la orilla del río Moldava. Allí trazaron en el barro la forma de un hombre tumbado y dibujaron su rostro, piernas y brazos. Recitaron conjuros y súplicas, y la figura ardió como si estuviese en una fragua. “Al enfriarse, los tres hombres recitaron un versículo del Génesis (2,7): «Entonces formó Yahvé Elohim al hombre del polvo del suelo, e insuflando en sus narices aliento de vida, quedó constituido el hombre como alma viviente». Por último, Rabbí Löw escribió en la frente del gólem la palabra emet (verdad, en hebreo), y así el gólem cobró vida.” López, 2023)
Tuvo el gólem, el encargo de recuperar al niño desaparecido, lo encontró y presentó en el juicio a los judíos. El niño declaró que su padre le había obligado a esconderse en el sótano de su propia casa para provocar la destrucción de los judíos. Y así fue como el gólem salvó a la comunidad judía.
Nuestro país está en peligro, está bajo una amenaza, debido a intereses personales, de grupos y organizaciones que lejos de querer el bien común, solo piensan en sus vientres y no ven más allá de sus intereses. Lo advertimos cuando sacan leyes con nombre propio, sin interesar el bien común.
Aclaremos, la ley, es un precepto dictado por la autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en conformidad con la justicia y para el bien de los gobernados. Es la razón de la ciudad, como es la que gobierna al hombre. Ella educa al ciudadano y su finalidad es el bien común, la felicidad.
Vemos como los que tienen el poder no tienen autoridad. La autoridad tiene como fin el bien, y es el amor lo que la guía, y sobre todo la coherencia entre lo que se dice y se actúa, solo así se tiene. Puesto que la palabra “autoridad” viene de “autor”, que es el que escribe en la vida del otro. Por eso podemos decir que este presidente y Congreso tienen el poder, pero no la autoridad.
Si el poder no está sujeto a ley, se vuelve una tiranía, en ella hay poder, pero no autoridad. Por ello no se debe aceptar, y como tal se debe combatir con la misma fuerza que da la democracia, la cual permite cambios de poder sin violencia. En nuestro caso las elecciones prontamente como determina la ley.
Sino se vuelve a dar la rectitud para tener autoridad, unas elecciones limpias, se presentará un no querido y temido golém, que en nuestro caso sería la sombra de la injusticia armada. Estamos a tiempo.
Interesante eso de autoridad y poder…..hay autoridad sin poder….y hay poder sin autoridad…???
Los judíos muchas veces en el ojo de la tormenta.
A propósito estube en Moldavia,cuando era 1 de 15 URSS.
Gracias Henry en tu persona agradezco las palabras que tienen sobre los artículos. Si la autoridad y poder es la pareja deseada
Yo creo que de lo que se trata es de proponer un sistema que articule los “ valores” puedan tener una fuerza suficiente para que no se distorsionen o se anulen por sí mismos. De esto, se logra consultando a la población mediante encuestas estratificadas aleatoriamente; y si no se anulan, representarán lo que el pueblo desea. Luego las leyes deberán contrastarse y ver si agregan valor.