VENEZUELA: DEMOCRACIA Y MARÍA CORINA

Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

La República de Venezuela, en el siglo XX, tuvieron dictaduras fascistas impuestas a la fuerza, contra ellas los demócratas, liderados por Rómulo Betancourt, lucharon acudiendo a la insurgencia en los años 50; durante las décadas 60 hasta los 90, tuvo una democracia con un peculiar sistema de partidos multipartidario con predominio de dos organizaciones políticas democráticas: Acción Democrática (demócrata social) y Copei (socialcristiano), y un decisivo tercer partido político Unión Republicana Democrática (URD); había alternancia en el Poder, un período los adecos, otro los copeianos; había segunda vuelta electoral, mantuvo la alternancia la URD, en unas elecciones votaba por los adecos, en las siguientes por los copeianos, por lo tanto, siempre gobernaba.   

La democracia representativa y el peculiar sistema de partidos multipartidista, fue destruido por Hugo Chávez, quien el año 1999, accedió al poder mediante elecciones, con el Partido Socialista Unido de Venezuela, instauró un régimen de concentración de todos los poderes del Estado, estatizó la economía, suprimió los medios de comunicación independientes, arrinconó a la oposición; a este régimen totalitario de izquierda, lo denominó Socialismo del Siglo XXI. Están 25 años en el poder, a su deceso, lo sucedió Maduro.   

Declararon a Venezuela República Bolivariana, en una pretendida reivindicación de Simón Bolívar, manipulada y distorsionada, por cuanto, el Libertador, siempre abogó por el régimen republicano con separación de poderes, admitía el régimen dictatorial, de manera excepcional, temporal con autorización legal; no concentrando los poderes, un una persona o partido, no transgrediendo los derechos políticos de los ciudadanos.

 El chavismo y socialismo del siglo XXI, impusieron el sistema de partidos unipartidista (antidemocrático), como México con el PRI hasta fines del siglo XX; Rusia con Vladimir Putin; Cuba, Corea del Norte y China Popular, con sus partidos comunistas.  

En las Elecciones Generales venezolanas, del 28 de julio de 2024, la oposición democrática, contra todos los pronósticos, triunfó con el 70% de la votación; no aceptado por Nicolás Maduro, dando, el CNE chavista, resultados diferentes, sin pruebas; incurriendo en un escandaloso fraude electoral.  

María Corina Machado, en las elecciones primarias de octubre de 2023, resultó elegida, candidata a la Presidencia de la República, con más del 90% de sufragios; los órganos electorales, controlados por el chavismo supérstite, la inhabilitó injustamente, sacándola de la contienda comicial. Asimiló el zarpazo ilegal, y por unanimidad, la oposición, inscribió al diplomático Edmundo González, como su reemplazo, inteligentemente, la lideresa, siguió en campaña, apoyando fuertemente, diseñó una eficaz estrategia de promoción, defensa y evidencia del voto popular, cuyas actas, fueron registradas y difundidas en el ámbito nacional e internacional; logrando la atención y adhesión de diversos Gobiernos democráticos y entes multilaterales.   

Ante el triunfo de la oposición, María Corina, con admirable serenidad, propone negociar el proceso de transición a la democracia, con garantías, salvaguardas e incentivos para el “tirano” y su entorno, no hay venganza ni represalias; ante la propuesta de nuevas elecciones, María Corina, de inmediato las rechaza, defiende el voto del pueblo y la elección de González, le podría favorecer, volver a postular y sortear la inhabilitación, pero no, dice: “es una falta de respeto a Venezuela”.

Ahí está su grandeza moral y cívica, no perdió tiempo ni energía en restituir su candidatura; la inhabilitación no le hizo bajar la guardia; no opacó, más bien, impulsó a Edmundo González. María Corina, es una auténtica demócrata para Latinoamérica y el mundo.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.