Por: Carlos Meneses

Perú ha flexibilizado su posición sobre Maduro, pero la presidenta ha dicho que espera una solución a la venezolana en la crisis que afecta a ese país.

Era evidente que los desencuentros entre el presidente de la PCM y del entonces canciller terminaran abruptamente cuando se requirió a Javier González-Olaechea alcanzar su renuncia, al igual que Hania Pérez de Cuéllar del Ministerio de Vivienda, solo minutos antes de conocerse 4 cambios en el gabinete Adrianzén. Pérez de Cuéllar firmó su dimisión dejando constancia de la hora en que lo hacía que fueron 15 minutos antes de que juramentaran los nuevos ministros.

La política sobre Maduro tuvo su origen en un conflicto de pareceres entre la posición inicial de Lima, la reacción de Maduro y de los países abstencionistas a los que Perú llamó la atención por no ser severos en su trato con el dictador venezolano.

Las consecuencias están a la vista, Perú ha modificado la posición original y flexibilizado la oposición de nuestro país a reconocer como válidos los resultados de las elecciones que se celebraron el mismo día en que se recordaba la Independencia nacional.

Ahora estamos en una situación más indecisa con respecto a Maduro y a los abusos que está cometiendo contra los derechos humanos deteniendo a 3000 personas entre hombrees y mujeres, civiles en su mayoría, pero también hay militares que están disconformes con la posición del gobierno.

En todo caso, Perú se alinea con los países que como Chile, Brasil y Colombia tienen una posición más cercana a buscar una solución a la venezolana, antes que recurrir a una intervención democrática para obligar a Maduro a rectificarse en los resultados que se han difundido.