Por: Omar Swayne

REFLEXIONES

Existe en nuestro país una costumbre doméstica cotidiana que pasa desapercibida pero tiene un gran impacto ambiental: verter el aceite vegetal usado (AVU) o aceite de cocina usado por el lavadero.

No es un tema de poca importancia si consideramos que un litro de aceite de cocina usado puede contaminar hasta 1,000 litros de agua, además de obstruir las cañerías, causar pérdida de la biodiversidad, erosión y desertificación de suelos, entre otros.

Una vez que llega al mar, el aceite –que no puede mezclarse con el agua– forma una capa que bloquea la luz y el oxígeno, impidiendo la fotosíntesis y matando la flora y fauna.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares 2008-2009 del INEI, el consumo de aceite per cápita en el Perú es de 6.5 litros al año o 500 ml al mes. ¿Se imaginan el daño para nuestro mar, lagos y ríos si no aprendemos a gestionar responsablemente los residuos?

Ahora, ¿se han puesto a pensar la cantidad de aceite usado que generan todos los días los establecimientos de expendios de comidas, fast food, comedores de hoteles, restaurantes, mercados, supermercados con elaboración propia de comidas preparadas? Es para preocuparse.

La solución está en la toma de conciencia de la ciudadanía y de las empresas vinculadas con su uso para no verter el AVU en los lavaderos. Reciclar el aceite usado de cocina es un acto imprescindible para evitar la contaminación del agua.

Y aquí es clave aplicar el concepto de la economía circular: reducir, reciclar y reusar. Reciclando el aceite casero podemos transformarlo en jabones, velas, ceras. Y en grandes cantidades se puede generar biocombustible. Según la Agencia Internacional de Energía, los biocombustibles son combustibles líquidos derivados de la biomasa y se utilizan como alternativa a los combustibles fósiles líquidos para el transporte, como la gasolina, el gasóleo y los combustibles de aviación.

De esta manera, no solo estaríamos evitando dañar el medioambiente sino que también le daríamos un nuevo valor este tipo de residuo.

En nuestro país hay municipalidades que han tomado en serio este reto de reciclar el aceite de cocina usado.

En nuestra capital, en el 2020 la Municipalidad Metropolitana de Lima inició el programa piloto Reciclaceite, para lo cual instaló contenedores en el Mercado Municipal Ramón Castilla, mercado Moderno, Venezuela y Mirones Bajos, así como en el Circuito Mágico del Agua.

También se han tomado acciones en Miraflores, San Isidro, Pueblo Libre, entre otros, y en provincias en Cajamarca, Cusco, Puno.

Sin embargo, es importante que las 196 municipalidades provinciales, 1,678 municipalidades distritales y 2,859 municipalidades de centros poblados tengan su programa de reciclaje de aceites vegetales usados. Promovamos los cambios de hábitos y fomentemos en los vecinos la cultura ambiental.