Nos unimos o nos hundimos
Roy F. Cárdenas Velarde
MEDIOAMBIENTE
En 1996 se publicó el documento “Desplazamientos de la población inducidos por el medioambiente e impactos medioambientales resultantes de migraciones masivas”, el cual introdujo la definición de “personas desplazadas por motivos medioambientales”, lo que hoy conocemos como refugiados ambientales.
Al día de hoy, la categoría de Refugiados Ambientales ha sido tema de análisis en espacios académicos, reuniones internacionales, etcétera, y lo cierto es que estas personas existen, y son una realidad cada vez más cercana a nuestro país.
Antes de hablar de ello, informo al lector que hace unos meses el caso más sonado en los medios fue el de la pequeña isla panameña Gardi Sugdub, la cual se tiene previsto que desaparecerá en el 2030 por el aumento del nivel del mar, motivo por el cual el Gobierno de Panamá viene adoptando medidas para trasladar al pueblo indígena Guna a tierra firme.
El lector puede pensar que en nuestro país no tenemos algún caso similar al mencionado previamente, que inclusive nuestra realidad es completamente opuesta, que nuestra preocupación no gira en torno al aumento del nivel del mar, sino a la reducción del caudal en ríos. Como el caso de los ríos Amazonas, Nanay e Itaya, cuyo caudal ha disminuido en las últimas semanas, alcanzando niveles alarmantes de entre 10 y 15 cm diarios, según el Senamhi.
Pero, como señala una de las 4 leyes de Barry Commoner, “todo está conectado a todo lo demás”, por lo cual, pese a que se pudiera creer que problemas como el de la isla Gardi Subdub nos son ajenos, no olvidemos que el Perú es parte de ese gran “todo” que señala Commoner, que inclusive en nuestro país tenemos registrados casos de personas desplazadas (por motivos medioambientales).
Según cifras del Observatorio de Desplazamientos Internos, entre el 2008 y 2019, unas 656 000 personas se vieron obligadas a desplazarse por catástrofes naturales. Si a ello le sumamos la contribución del fenómeno ENOS (El Niño-Oscilación Sur) a la variabilidad climática, se esperan escenarios menos favorables en los próximos años, los cuales incrementarán el número de peruanos desplazados a la fecha.
Como se ve, traslados como el que se viene organizando en Panamá, para poner a buen resguardo al pueblo indígena Guna, no son muy ajenos a nuestra realidad, ya que a la fecha también hemos registrado desplazamientos internos, en este caso organizados por los mismos afectados, a fin de colocarse a buen resguardo.
Tanto Perú como Panamá son parte de ese gran todo que señala Commoner. Entonces, o sumamos fuerzas contra el cambio climático, o los próximos desplazamientos que den que hablar a nivel internacional serán los de nuestro país. Así que, o nos unimos o nos hundimos.