Fiestas de Arequipa se volvieron grandiosas desde 1940
Por Carlos Meneses Cornejo
Dos presidentes y un ministro de Hacienda hicieron maravillas por el IV Centenario de fundación española de la ciudad.
ESPECIALES: LOS AREQUIPEÑOS QUE YO CONOCÍ
Un presidente transitorio y general del Ejército, Óscar R. Benavides y su sucesor, el mandatario electo Manuel Prado Ugarteche, así como Manuel Ugarteche Jiménez que fue titular de Hacienda, en 1938 y 1939, hicieron el milagro, en 1940, de convertir los actos religiosos y municipales por el aniversario de la fundación de la ciudad en espectaculares a partir del año 1940 cuando la ciudad cumplió 400 años de haber sido fundada.
El ministro de Hacienda nunca se negó a entregar todo el dinero que le pidieron Benavides y Prado en favor de Arequipa para bien festejar los 400 años de vida de lo que antes era solo motivo de una misa en la Catedral, Sesión Solemne en el municipio y un pequeño desfile en la Plaza de Armas que llegaba hasta San Lázaro y regresaba con el estandarte de la ciudad.
El tiempo no alcanzaba para hacer todo lo deseado y entonces y siempre en 1940, la ciudad tuvo 2 fiestas una el 14 de agosto, día en que se fundó Arequipa en 1540 y otra el 12 de octubre, estimado como día de la raza en que se celebraron las grandes fiestas y se entregaron 11 monumentales obras.
Es difícil escoger cuál fue la mejor, pero las citaremos como fueron ocurriendo por días de diferencia. Se entregó al servicio el puerto de Matarani y se inauguró el mercado San Camilo, como también se dio la construcción del Seguro obrero donde actualmente queda la emergencia en la calle Peral.
Se dio al uso público el Teatro Municipal de la calle Mercaderes y la primera carretera que une Arequipa con Chapi, así como el inicio de la Panamericana Sur que uniría Arequipa con Lima; se compraron los terrenos para construir el estadio Melgar y en el corazón de la ciudad se cerró el cuartel de Los Ejercicios en la calle del mismo nombre, que ahora se llama Álvarez Thomas y en su lugar se habilitó el Ateneo y el coliseo municipal. Se construyeron los barrios obreros I y II, el primero en la actual Av. La Marina y el segundo en los alrededores del colegio Independencia.
Se construyó el local para la Compañía de Bomberos Arequipa N° 1 y por primera vez se ordenó el embanderamiento de toda la ciudad. En el cuartel de Tingo que ocupaba un batallón de artillería se dispararon 21 cañonazos y se convocó a los militares a desfilar en la Plaza de Armas declarándose feriado los 4 días que el presidente recién instalado y en compañía de su esposa vino a vivir a Arequipa para participar de los actos oficiales.
En ese año también Arequipa creó su primer himno del cual fue autor el músico Aurelio Díaz Espinoza y se dejó de interpretar la Marcha a Arequipa que, 4 años antes, era conocida y que realizó Benigno Ballón Farfán.
Cambiamos entonces la Marcha a Arequipa por el Entonemos que figura en la letra compuesta por Emilio Pardo del Valle para la música de Díaz Espinoza. Pero hubo más, la Guardia Republicana llegó de Lima con 40 músicos en un barco, primero arribaron a Mollendo e hicieron el camino hasta Arequipa para animar todos los festejos.
La Iglesia católica se sumó a la alegría colectiva y se convocó y realizó el Congreso Eucarístico en homenaje a las tradiciones religiosas de la ciudad. Se inauguró el primer corso de carros alegóricos y hubo castillos en la Plaza de Armas decorada con banderas arequipeñas. A partir del año 40, las fiestas de la ciudad incluían desfiles independientes de estudiantes, universitarios, obreros y profesionales y todos los alcaldes compitieron para que la gran promoción turística convirtiera a la ciudad en un foco de atracción y de visitas.
Todo esto ocurrió cuando cumplí los 4 años