“Cenares no debería abastecer a los centros oncológicos, nosotros necesitamos autonomía”
La presidenta de la Sociedad Peruana de Cancerología reveló que el país sufre un desabastecimiento de alrededor del 20% en medicamentos para el cáncer.
Por Danna Felipe B.
Quienes padecen o tienen un allegado con cáncer han corroborado una de las verdades más crudas de la salud pública. Ningún centro oncológico en el país se libra del desabastecimiento esporádico de medicamentos. Es una impotencia inmensa, ya que este mal no espera, solo avanza hasta que se lleva la vida de su huésped.
La presidenta de la Sociedad Peruana de Cancerología, María Guillen, responsabiliza esencialmente al Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) por el sufrimiento de miles de pacientes y afirma que el mismo no debería tener injerencia en el tema oncológico.
“Antes, el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) y los Institutos Regionales de Enfermedades Neoplásicas (Irenes) eran más autónomos. Ahora, el Cenares posee un papel relevante. El problema está en que no saben cuánto comprar o cómo comprar. Hay que tener un conocimiento oncológico idóneo para luego poder sustentar la adquisición ante el Ministerio de Economía y Finanzas”, aseveró.
Hace algunos años, el INEN y los Irenes adquirían propiamente estos insumos y el primero, como Organismo Público Ejecutor del Sector Salud, podía ayudar de diferentes maneras a los segundos.
“El desabastecimiento es real ¿En qué centro oncológico han desparecido aquellas personas que reclaman y sienten impotencia porque no hay los medicamentos para su tratamiento o la de sus familiares? Puedo presumir que hay una escozases de un 20% a nivel nacional. Es más, incluso a veces ni gazas llegan, un insumo tan básico”, indicó Guillen Zeballos.
La doctora resaltó que la eliminación del Plan Esperanza, implementando en 2012, fue un gran paso hacia atrás en la lucha contra el cáncer. “Si un plan está funcionando, no debía eliminarse, sino mejorarse”, afirmó. Su eje central, explicó, era la prevención y control del cáncer, trabajando para que la persona diagnosticada reciba un tratamiento integral gratuito. Beneficiaba principalmente a familias de menores recursos económicos.
Hoy, la esperanza recae sobre la Ley Nacional del Cáncer, pero su implementación aún es un sueño añorado. “No es posible que se dilate por tantos meses, poniendo y sacando artículos. El cáncer no espera. Lamentablemente, ya es una cuestión política. Debemos dejar de lado nuestros intereses personales y reflexionar que nadie se libra de esta enfermedad”, indicó María Guillen.
La presidenta de la Sociedad Peruana de Cancerología también lamenta la situación de los centros oncológicos. Ejemplificó que los Irenes dependen de los gobiernos regionales, los cuales les destinan un presupuesto muy limitado. Es decir, los profesionales de la salud siguen batallando con armas inapropiadas.
DATO
La Jornada de la Sociedad Peruana de Cancerología volvió a Arequipa para su XXII edición. Del 3 al 5 de septiembre, los asistentes conocieron los últimos avances en la materia y tuvieron injerencia en los problemas oncológicos. Sus organizadores, sobre todo, estuvieron gratos de encontrar entre el público refuerzos para seguir luchando contra el cáncer.