El trabajo decente beneficia la salud mental

Por: Ricardo Montero

REFLEXIONES

Anualmente, el mundo pierde aproximadamente 12 000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que representa un costo de 1 billón de dólares en pérdida de productividad a escala global. Este dato ha sido revelado con razonable preocupación por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el contexto del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre.

El Informe sobre Desarrollo Humano 2023/2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca un preocupante aumento en el número de personas que reportan estrés, tristeza, ansiedad, ira o preocupación en la última década.

Estos niveles han alcanzado cifras récord desde que se iniciaron las encuestas de la consultora Gallup. A pesar de que los avances en tecnología y ciencia nos sitúan en una de las mejores épocas de la historia de la humanidad, también nos enfrentamos a una paradoja inquietante: la salud mental está deteriorándose rápidamente.

Christine Porath, profesora de la Universidad de Georgetown, señala que esta situación ha llevado a un incremento notable de la falta de civismo en el trabajo. Esto es alarmante, considerando que pasamos gran parte de nuestra vida en el centro laboral. Por lo tanto, la mala noticia no es solo el aumento del estrés y otros problemas de salud mental, sino que estos trastornos están vinculados a una disminución de la productividad. Es imperativo que las organizaciones enfrenten este problema con urgencia.

Es evidente que un trabajo decente tiene un efecto positivo en la salud mental. Los entornos laborales deficientes, que fomentan inseguridad, desigualdad y discriminación, cargas de trabajo excesivas y falta de control sobre las tareas, son un riesgo significativo.

En países como el nuestro, donde más del 70% de la fuerza laboral opera en la economía informal, la situación es aún más crítica. La falta de protección regulatoria en salud y seguridad deja a estos trabajadores en entornos laborales inseguros, con precarios salarios y escaso acceso a beneficios sociales. Esta realidad puede afectar gravemente su salud mental. Es fundamental tomar medidas para proteger a esa gran parte de la población.

La OMS subraya que los lugares de trabajo pueden ser un refugio para la salud mental si ofrecen estabilidad financiera, sentido de comunidad, confianza y oportunidad de experimentar logros. Las recomendaciones de esta organización son claras para afrontar este riesgo: capacitar a los administradores para que reconozcan y respondan a las dificultades emocionales de sus empleados; fomentar la sensibilización sobre la salud mental entre los trabajadores para reducir el estigma; y ofrecer intervenciones que ayuden a gestionar el estrés y mejorar su bienestar general.

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