El terrible ruido: la contaminación acústica en Arequipa
Por: Lic. Jim Chávez Gutiérrez – Profesor de la Universidad Católica San Pablo
En Arequipa, la contaminación acústica es un problema silencioso que afecta la calidad de vida de sus habitantes. Los ruidos provenientes de vehículos, comercios y eventos sociales superan los niveles permitidos.
Esta situación genera efectos negativos en la salud, como estrés, insomnio, pérdida de audición y enfermedades cardiovasculares. A pesar de la existencia de regulaciones, como el DS 085-2003-PCM y la Ley 29263 que establecen límites de ruido, la falta de conciencia ciudadana y la insuficiente aplicación de estas normas agravan el problema.
Un estudio realizado en la avenida Dolores, en el año 2022, analizó la relación entre la contaminación acústica y la percepción de la población. Los resultados mostraron que la mayoría de los residentes perciben el ruido como un problema significativo que afecta su bienestar. Aunque las leyes establecen que el ruido nocturno no debe superar los 50 decibelios, para que estas regulaciones sean efectivas, debe demostrarse un daño palpable y grave, lo que dificulta su aplicación.
Una posible solución para reducir la contaminación sonora en Arequipa es utilizar materiales de construcción adecuados, como el sillar y la madera, que poseen buenas propiedades acústicas. El sillar, un material volcánico, y la madera, especialmente las maderas duras, pueden ayudar a mitigar el ruido, aunque sus propiedades acústicas varían según el tipo y el tratamiento del material.
Evaluar y seleccionar estos materiales en la construcción y enchapado de viviendas es crucial para adaptarse al entorno y mejorar la calidad de vida en la ciudad. También es importante realizar análisis específicos para discriminar las frecuencias o tonos de los ruidos que se producen en las avenidas principales y obtener pruebas concretas de daño psicológico o físico, para que la ley sea aplicable. La falta de una regulación estricta y la escasa conciencia sobre el impacto del ruido continúan siendo desafíos importantes en la lucha contra la contaminación acústica en Arequipa.