Por: Carlos Meneses

Perú precisó que Chancay no será un puerto estatal chino y que el 40% del capital en él invertido es de empresarios peruanos que consiguieron a inversionistas de esa república socialista.

El ministro de Economía de Perú, José Arista se negó a aceptar que no se paguen impuestos por el ingreso o salida de la mercadería que se consigne al puerto de Chancay, dijo que la cifra menor que se cobrará por el intercambio en el puerto más grande de América será del 5% y que ese valor no será modificado por conveniencias nacionales destinadas a asegurar los gastos que el gobierno invertirá en su funcionamiento.

Arista los consideró justos por las ventajas que significan en el volumen de operaciones y en la disminución del tiempo que se utilice para reducir los días entre los puertos de Oriente y del Pacífico.

Sobre el particular no ha habido pronunciamiento del sector privado que se beneficiará, por el volumen de transacciones y también por la modernidad en la operación, del nuevo puerto capaz de albergar naves de gran calado y porte.

Chancay tiene un sistema de trabajo automatizado que solo exigirá para su funcionamiento las labores de 300 operadores, todo será digitalizado y eso reducirá inversiones en salarios y reducción en los costos.

Al ministro peruano se le pretendió presionar, pero se ha negado a ello, estableciendo el porcentaje citado.

Perú no dejará de recibir beneficios económicos por el uso del puerto de Chancay, el ministro de Economía fijó un tope del 5% ad valorem de todo lo que se movilice a través del terminal portuario.