El muy popular obispo de Ajaccio, el franco-español François-Xavier Bustillo, está considerado como un potencial papa y su notoriedad podría aumentar aún más con la visita de Francisco a su diócesis en la isla francesa de Córcega en diciembre.

El Vaticano confirmó la visita del pontífice argentino, de 87 años, a la isla francesa de Córcega el 15 de diciembre, que tendrá lugar una semana después de la reapertura de la catedral de Notre Dame de París, a la que no asistirá.

«Soy el obispo de todos», aseguró a la AFP este hijo de militar, nacido el 23 de noviembre de 1968 en Pamplona, en el norte de España, antes de confirmarse la visita. En 2021, fue nombrado obispo de la mediterránea Córcega y, sólo dos años después, el papa lo elevó al rango de cardenal.

«Es la prueba de su cercanía al papa», subrayó un obispo, que pidió el anonimato.

Este franciscano con la estatura de un jugador de baloncesto y un acento en francés que delata sus orígenes y su trayectoria, estudió Filosofía y Teología en Italia y Francia, antes de oficiar en Narbona, sur de Francia, durante 24 años.

Su objetivo es trabajar por una Iglesia católica que «haga soñar, no llorar». Y, desde su llegada a Córcega, este aficionado al tenis y a la natación en el mar no ha escatimado esfuerzos para conseguirlo.

En un país que tiene la laicidad por bandera, el purpurado ha desatado una auténtica «Bustillomanía», como demuestran los 800 corsos que acudieron al Vaticano para acompañarle en su elevación al rango de príncipe de la Iglesia.

Su nombramiento fue acompañado de un creciente interés mediático en Francia, principalmente de la prensa controlada por el magnate ultraconservador Vincent Bolloré, como el semanario francés Paris-Match.

En noviembre de 2023, esta popular revista, que cambió de propietario el pasado octubre, llevaba en su portada a Bustillo y destacaba su «irresistible ascensión en el seno de la Iglesia católica», en un artículo escrito por uno de los coautores de su libro «Le coeur ne se divise pas» (El corazón no se divide).

El propio papa Francisco prologó esta obra publicada por la editorial Fayard, propiedad también de Bolloré.