Demanda hídrica incrementará a 75 por ciento, el 2035, en Arequipa
Por: Germán Yuca Ch.
Ante la creciente demanda hídrica en Arequipa, la Autoridad Administrativa del Agua (AAA) resaltó la necesidad de construir tres nuevas represas en los próximos cinco años. Las proyecciones revelan que la demanda hídrica regional aumentará en 75% durante la próxima década; este incremento sería aún mayor con la ejecución de proyectos como Majes-Siguas y Tía María.
SE REQUIERE MÁS REPRESAS
De acuerdo a las proyecciones de consumo, la demanda hídrica en Arequipa se incrementará un 34.2 % para el 2030, un 75 % para 2035 y superará el 100 % para 2050, mientras que las fuentes de abastecimiento no experimentarán variaciones. Ante este panorama, la AAA Caplina-Ocoña ha planteado la construcción de tres represas en Arequipa. Estos proyectos deberían iniciar a corto plazo, pero aún no hay mayores luces.
Aunque el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) se ha comprometido con la construcción de las represas Casablanca y Tomagrande, aún no existen fechas exactas para el inicio de las obras. Según compromisos previos, la represa Tomagrande, ubicada en Mollebaya, debería comenzar a construirse tras la temporada de lluvias de 2025. Por su parte, la construcción de la represa Casablanca, situada en Yura, continúa en incertidumbre.
«Actualmente Arequipa utiliza 80 millones de metros cúbicos de agua, pero para 2035 se requerirán 140 millones. Las represas Casablanca y Tomagrande cubrirán la demanda hídrica del cono norte y sur, respectivamente. Sin embargo, se necesitará una represa adicional en el río Sumbay, aguas arriba de Aguada Blanca», informó Ronal Fernández Bravo, director de la AAA Caplina-Ocoña.
La represa proyectada en Sumbay podría almacenar hasta 60 millones de metros cúbicos de agua destinados exclusivamente para consumo humano, pero su construcción, que demandaría al menos cinco años, carece aún de respaldo financiero. Los 60 millones de dólares necesarios todavía no han sido asumidos por ninguna entidad estatal, dejando en suspenso una obra crítica que debería ser atendida a la brevedad.
Además, el uso actual del agua en Arequipa se distribuye mayormente para fines energéticos (67.7 %), seguido de la agricultura (28.5 %), minería (11 %) y solo un 2.4 % para consumo poblacional. A pesar de ello, el consumo doméstico en Arequipa es moderado: un arequipeño promedio utiliza 120 litros diarios, cifra superior al estándar de la Organización Mundial de la Salud, pero menor a los 300 litros diarios de distritos limeños como San Isidro.
El incremento de la demanda hídrica en Arequipa se prevé como un desafío crítico, especialmente con la eventual ejecución de proyectos como Majes-Siguas y Tía María, que incrementarán significativamente el requerimiento de agua en la región.
Estudios hidrogeológicos
A raíz de la problemática hídrica en Perú, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) ha iniciado estudios hidrogeológicos para mapear los acuíferos en Arequipa, Piura y Lambayeque, en el marco del Plan de Aprovechamiento de Disponibilidades Hídricas (PADH). Este documento busca atender el incremento en el requerimiento hídrico de Arequipa en los próximos años.
«Las fuentes de almacenamiento son importantes, pero no deben ser la única prioridad. En el norte hay represas, pero la falta de lluvias limita su capacidad. Los estudios hidrogeológicos permitirán evaluar la calidad y cantidad de agua subterránea disponible para escenarios de sequía», explicó José Musayon Ayala, jefe nacional de la ANA.
Un estudio universitario reveló que la recarga de agua subterránea en Arequipa es lenta, especialmente en zonas de alta actividad productiva y agrícola. Por ello, se plantea promover la siembra y cosecha de agua en distritos con mayor capacidad de recarga, como Polobaya, Characato, Chiguata, San Juan de Tarucani, Sabandía, Paucarpata, Mariano Melgar, Miraflores y Cayma.
Finalmente, aunque Arequipa tiene una tasa de crecimiento poblacional moderada, localidades como El Pedregal superan el promedio, lo que podría generar futuros problemas de abastecimiento. Este escenario destaca la necesidad de una gestión eficiente y sostenible del recurso hídrico en la región.