El regreso de Donald Trump
Por: Renatto Bautista
Donald Trump, el 45.º presidente de los Estados Unidos, se ha consolidado como una figura polarizadora y directa en el panorama político. Su estilo frontal y su retórica contundente le han valido tanto detractores como fervientes seguidores. En 2024, más de 74 millones de ciudadanos lo eligieron nuevamente como el 47.º presidente, un hito que subraya su capacidad para conectar con una parte significativa del electorado estadounidense.
Estos votantes, al mantenerse firmes en sus convicciones, desafían el poder de los grandes medios de comunicación, que en ocasiones se han mostrado críticos con Trump. Esta postura contrasta notablemente con el comportamiento observado en otras democracias, donde los ciudadanos suelen estar más influenciados por los discursos mediáticos. En el Perú, por ejemplo, las campañas mediáticas muchas veces condicionan la percepción de los votantes, quienes rara vez cuestionan las narrativas impuestas.
Donald Trump, además de político, es empresario y autor. Su libro Nunca tires la toalla refleja su filosofía de perseverancia y lucha constante, una característica que lo ha acompañado desde su primera campaña presidencial en 2016. Aunque cuenta con detractores, Trump se mantiene como el líder republicano más votado en la historia del partido, superando incluso a figuras icónicas como Ronald Reagan.
Tras su salida de la Casa Blanca en 2021, Trump enfrentó una serie de desafíos legales promovidos, según él y sus seguidores, por fiscales politizados del Partido Demócrata. Entre estos casos, destaca el relacionado con una actriz pornográfica, que él y sus partidarios consideran absurdo. Incluso fue declarado culpable en algunos procesos y llegó a pasar unos minutos detenido, un hecho sin precedentes para un expresidente estadounidense. Cabe mencionar que, a diferencia del sistema peruano, en Estados Unidos las sentencias las emite un jurado ciudadano, lo que añade un matiz distintivo al contexto judicial.
Desde su triunfo en 2016, Trump ha sido objeto de lo que califica como un juicio mediático constante. Este acoso se ha manifestado no solo en el ámbito político, sino también dentro de su propio partido. Rivales internos como Ron DeSantis y Nikki Haley intentaron desafiar su liderazgo, aunque sin éxito. Trump, con su estilo combativo, volvió a imponerse como el candidato republicano, demostrando su capacidad para mantener la lealtad de su base electoral.
El supuesto intento de magnicidio en Pensilvania, al que Trump aludió en su discurso, marcó uno de los episodios más oscuros de su trayectoria reciente. Aunque las circunstancias exactas son objeto de debate, el expresidente atribuyó su supervivencia a una intervención divina. Para sus seguidores, esto refuerza la idea de que Trump está predestinado a liderar.
A pesar de los múltiples obstáculos, Donald Trump no solo ha resistido los embates políticos y mediáticos, sino que también ha logrado un regreso triunfal al escenario político estadounidense. Su mensaje de lucha constante y su capacidad para capitalizar el descontento de una parte importante del electorado lo han consolidado como una figura central de la política contemporánea.
Independientemente de las opiniones que genere, su retorno al poder marca un nuevo capítulo en la historia de Estados Unidos, uno que promete ser tan polémico y significativo como sus gestiones anteriores. Mis mejores deseos, presidente Trump, en esta nueva etapa.