Por: Carlos Meneses

“La esperanza de un cambio en el gabinete es el nombramiento del nuevo ministro del Interior”.

Al parecer los propósitos deseados de enmienda del presidente Castillo con respecto al nombramiento de nuevos ministros tendrán éxito en el recién escogido Mariano González como titular del sector del Interior por los conocimientos que le asisten en el sector público y el declarado afán de sanear, por encima de todos los demás problemas del despacho ministerial el prestigio y la defensa moral de la Policía Nacional del Perú.

Se trata de un profesional calificado que, según confesó a un periodista limeño, no dudó en dar respuesta afirmativa a la propuesta presidencial de asumir el cargo en un despacho diferente a otro anterior que tuvo cuando fue ministro de Defensa, durante el gobierno de Kuczynski. Entonces anunció su decisión de abandonar el Ministerio de Defensa por amor, al enamorarse de una asesora con la que casó y de la que ahora está esperando un hijo.

Tiene razón el nuevo ministro en señalar que su primera y fundamental tarea es devolver la moral institucional a la Policía, terminar con el descrédito que en la ciudadanía tiene el quehacer policial, devolver a la tranquilidad pública lo que ahora está determinando medidas de emergencia y una anunciada participación de la Fuerza Armada en apoyo de la PNP.

Ojalá sea también la oportunidad de rectificar la composición de gabinete ministerial que preside Aníbal Torres cuestionado por todos y definitivamente un hombre que no deberá pasar en la presidencia del Consejo de Ministros sino hasta el 28 de julio del presente año.

Esperando que la anunciada sorpresa que el presidente le tiene al país para las Fiestas Patrias sea un nuevo gabinete que además tenga la característica de ser de amplia base y de reconocida solvencia profesional.