Brechas laborales por razones de género en Latinoamérica
Por: Martín Taype – El Montonero
Uno de los temas más debatidos en los ámbitos académico, empresarial, de gremios sindicales y político en Latinoamérica es el del empleo. Las tasas de desempleo son todavía muy altas, así como las brechas en el empleo entre hombres y mujeres, pese a la recuperación del crecimiento económico de muchos de estos países en el 2021. Y no hay buenos augurios para este 2022, en el que se prevé una recesión en muchos países del mundo; como en la zona euro y EE.UU., que afronta la mayor inflación de los últimos 40 años.
En un informe conjunto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destacaron el retraso de la recuperación de los niveles de empleo anteriores a la pandemia, en comparación con la recuperación de la actividad económica. «A fines de 2021 varios de los países (de la región) habían recuperado su nivel de PIB anterior a la crisis, mientras que los niveles de empleo, en muchos casos, aún estaban por debajo», señalan en el documento «Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe».
Los organismos también afirmaron que las brechas laborales entre hombres y mujeres se han profundizado en 2021 debido principalmente a la lenta recuperación de las actividades que concentran el empleo femenino y el mayor peso que recae sobre las mujeres en las tareas de cuidado. «La crisis generada por la pandemia afectó de manera más significativa el empleo femenino, registrándose un retroceso equivalente a más de 18 años en los niveles de la tasa de participación de las mujeres», añade el documento.
Estos resultados son preocupantes. Definitivamente el crecimiento económico no garantiza un crecimiento del empleo, dado que el crecimiento puede estar focalizado en sectores que generan ingresos, pero no necesariamente empleo. Por ello, el crecimiento económico no necesariamente implica desarrollo económico ni generación de empleo para la población de un país, y tampoco igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.
En tal sentido, ya para efectos de nuestro país, el gobierno tiene un gran reto para revertir, o al menos atenuar, la caída del empleo en general y reducir las brechas entre el empleo entre hombre y mujeres. Es necesario que se tomen medidas que generen confianza en los agentes económicos, a fin de que se promuevan las inversiones y se generen puestos de trabajo formales. Entre estas medidas propongo, respetar el marco constitucional vigente y no flexibilizar los protocolos de bioseguridad, así como una lucha frontal e implacable contra la corrupción, la inseguridad ciudadana, las trabas burocráticas. También mayor inversión en educación de la población, y realizar cambios estructurales en muchas de las entidades del Estado, con ajustes no solo en los procesos, sino también en el recurso humano a todo nivel, empezando por el directivo. Se debe dar oportunidades de ocupar cargos directivos a todos los trabajadores de las entidades, sobre la base de una transparente y objetiva meritocracia.