COLEGIO MILITAR FRANCISCO BOLOGNESI: De las cosas buenas que se pueden replicar
Por: Roxana Ortiz A.

Las experiencias que han tenido diversos personajes en el desarrollo de Arequipa generalmente son dejadas de lado cuando se trata de solucionar problemas generados por la crisis, como en la actualidad, con la crisis económica y que ha obligado a miles de familias a acudir a las famosas ollas comunes para sobrevivir; cuando hace varios años antes, también surgió el mismo problema y este tipo de organizaciones, no solo recibían alimentos y enseres, sino que se volvieron autogestionarias.

Experiencia del pasado tomar en cuenta para evitar cometer los mismos errores

Luis Calle Rodríguez, es uno de los primeros economistas que tuvo Arequipa, su matrícula es la 02 (la 01 la tuvo Néstor Cáceres Velásquez, quien falleció muy joven). En su trayectoria de vida, ha pasado por diversas instituciones y organizaciones cuya responsabilidad en algunos casos, era dar soluciones a la problemática que en esos momentos tenía la sociedad y que están en la actualidad muy vigentes.

Es el caso del proyecto Majes Siguas, la reconstrucción de las ciudades luego de los sismos, cómo alimentar a las familias en plena crisis económica, la informalidad en la ciudad, entre otras experiencias que bien podrían aplicarse ahora buscando mejores resultados de los que se tiene y que Luis Calle ha decidido plasmar en un libro denominado “Testimonio” y que ve la luz gracias a la editorial de la Universidad Católica de Santa María.

COLEGIO MILITAR FRANCISCO BOLOGNESI

Cuenta que fue integrante de la primera promoción del Colegio militar Francisco Bolognesi, que se inauguró en 1958 con los 153 primeros cadetes, cuando la infraestructura ni siquiera estaba terminada. No había servicios higiénicos.

“En las noches cada estudiante iba al cerro para hacer sus necesidades. (Actual bosque) Solo se veían diminutas lucecitas a lo lejos, como luciérnagas y eran los cigarrillos que los muchachos fumaban. Para bañarnos nos metían a la acequia que actualmente cruza por el lugar”, narra como anécdota. Asegura que tenían los mejores docentes y con promoción de exitosos profesionales, la mayoría en la carrera militar.

JUNTA DE REHABILITACIÓN DE AREQUIPA

En los últimos años, varios sismos han dejado decenas de viviendas destruidas en zonas sísmicas como el valle del Colca. Pasan los años y no se lleva a cabo una reconstrucción adecuada y el ejemplo es lo ocurrido en el mes de marzo y hasta el momento la población sigue viviendo en carpas, mientras en el gobierno se siguen haciendo estudios para su reconstrucción.

La Junta de Rehabilitación de Arequipa inició su trabajo luego del terremoto del 13 de enero de 1958, que dejó gran parte de la ciudad destruida. Calle cuenta que en ese tiempo jugaron un papel fundamental los senadores y diputados por Arequipa, quienes lograron que por ley se otorgue a dicha Junta, el 1% de los ingresos arancelarios de todos los puertos del país.

“Ahí se dio una verdadera descentralización porque se dispuso un presupuesto para trabajar. Estaba integrada por 16 delegados representantes de los colegios profesionales que había en esos tiempos, por la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, por los agricultores y otros. El primer presidente fue Manuel Bustamante de la Fuente, quien se encargó de rehabilitar los servicios de agua y energía que se cortaron y las vías de acceso a los distritos y provincias”, señala Calle.

Cuando estaban en plena labor, dos años después, el 15 de enero de 1960 Arequipa fue sacudida por un nuevo terremoto; así que había que continuar con la labor de reconstrucción. La ciudad había quedado muy dañada, el distrito de Tiabaya prácticamente desapareció por el tipo de construcción que tenía, de piedra y adobe.

“Se construyeron más de 7 mil 200 viviendas. En Fecia se hizo una urbanización para la clase media y en los pueblos jóvenes se formaban grupos de ayuda mutua. Se juntaban 25 familias y entre todos construían las viviendas de cada afectado; la Junta les otorgaba crédito pero en los materiales, no en dinero y las casas comenzaron a surgir como hongos, luego los beneficiarios pagaban sus préstamos puntualmente, porque además se les hacía un seguimiento”, señala.

Lo mismo se hizo con los agricultores, además de reparar canales se hizo muchas pequeñas irrigaciones, se adquirió ganado lechero para mejorar el sector. También se había adquirido el fundo de Antonio Umbert del dueño de canal Continental que tenía en lo que hoy es Apima, para trasladar a todos los talleres de servicio mecánico que estaban en María Isabel y IV Centenario y de esta manera se saneó la zona urbana de la ciudad. Lamenta que con el tiempo se haya desvirtuado el proyecto original de ese sector, pues debía ser solo para talleres y no como vivienda, como está actualmente y de manera desordenada.

Luis Calle ingresó trabajar poco después a este organismo y se le encarga la Sección Artesanía, puesto que en Arequipa en ese entonces tenía muy buen nivel en ebanistas, forjadores de fierro, labradores de cuero, cobre, bronce y especialmente los tejidos de la zona del Colca, que también fueron muy afectados por los terremotos. Al principio generaron ferias pequeñas para la venta de productos, luego se vio la necesidad de crear un Centro Cultural y de Turismo y para ello se expropió el local de Las Educandas en el Fundo el Fierro, donde hasta una picantería se tenía. Luego con el gobierno de Juan Velazco Alvarado se hizo un museo y dice que los artesanos quedaron relegados.

Con la Junta también se creó por ejemplo, una fábrica deshidratadora de alimentos y la misma empresa de cementos Yura. “El cemento era para nosotros como el agua para los agricultores y en ese tiempo escaseaba y la única manera era importar del Japón, así que un barco tenía que traer el material pero se malogró, así que pidieron más dinero para alquilar otra nave. En ese tiempo Emilio Suárez Galdos presidía la Junta, así que acordaron en asamblea enviar más dinero porque no había otra alternativa para contar con el cemento. Un Fiscal decidió denunciar a Suárez por Malversación, así, él y todos renunciaron. La población salió a protestar masivamente, el Fiscal archivó el caso y se reconstituye la Junta”, comentó.

En ese tiempo también llegó a Arequipa el Cuerpo de Paz del gobierno de Estados Unidos, con 32 jóvenes que hicieron una buena labor social, especialmente en los pueblos jóvenes, quienes comenzaron a impartir conocimientos básicos desde cómo mantener el aseo personal y en las viviendas.

La Junta de Rehabilitación duró hasta 1968 con el golpe militar de Velazco, en que creó el Sistema Nacional de Movilización Social (Sinamos), que surgió para apoyar la Reforma Agraria y a los sindicatos, pero dejando de lado la reconstrucción y el desarrollo. Luego vinieron otros organismos como ORDESUR que tenía el Instituto Nacional de Planificación, a cargo de Luis Calle y que incluía un trabajo en 7 departamentos del sur.

Posteriormente vino el golpe de Morales Bermúdez a Velazco y se crea la Comisión Multisectorial de Desarrollo de Arequipa, luego el Organismo de Desarrollo de Arequipa, que incluyó entre sus proyectos, a la irrigación Majes Siguas.

Luego y en el gobierno de Fernando Belaunde Terry se crea la Corporación Departamental de Desarrollo, siendo Carlos Meneses Cornejo (actual director del diario El Pueblo) su primer presidente, cuyo organismo también realizó una efectiva labor por el desarrollo de Arequipa.

En el primer gobierno de Alan García, nombran a Pedro Yúgar Gallegos como presidente de CODEA y a Luis Calle director de la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema). Indica que ya se había avanzado con la habilitación de unas 3 mil hectáreas con Belaunde. También la empresa MACON, terminaba su etapa en el proyecto. Ellos habían ejecutado 110 canales y túneles, se había avanzado en gran parte la construcción de la represa de Condoroma, entre otras obras de infraestructura.

Calle comenta que se encontró algunas deficiencias en la ejecución de la obra, pero que fueron resueltas por la misma empresa sin costo alguno para el Estado y en su gestión se culminó con la presa y se la llenó de agua. En ese momento se rediseñó las pampas y se habilitaron 5 mil hectáreas de terrenos de cultivos adicionales.

“Yo no creo que la primera etapa del proyecto haya sido un fracaso, porque sumando todo lo que produce actualmente, incluido la producción de leche, resulta siendo positivo, además de tener una ciudad de 120 mil habitantes creada en pleno desierto. Respecto a las 5 hectáreas de terreno por parcela, en esos momentos había otra visión de la economía, aunque muchos agricultores ahora se han unido y están exportando”, añadió.

Lo cierto es que el proyecto, en su segunda etapa que nunca debió dividirse, sino continuar la irrigación de las 38 mil hectáreas y las hidroeléctricas juntas, porque son la carnecita ha ido incrementando de valor, señala. En la gestión de Daniel Vera Ballón, como presidente del Consejo Transitorio de Administración Regional, se había planificado una inversión de 240 millones de soles y cuando se firmó el contrato en el 2010, en la gestión de Juan Manuel Guillén Benavides se hizo con 404 millones de soles; pero en la gestión de Yamila Osorio Delgado, entre otros grandes errores que se cometió, fue firmar la adenda 12, autorizando modificación de fechas y condiciones, además de incrementar el proyecto a 504 millones de soles.

“En esa gestión, entre otras cosas, se cometió el error de subastar 39 parcelas de terrenos que por escritura pública estaban destinadas para los pobladores de Pusa Pusa y Llactusayana que reclaman ahora la compensación de tierras por ser los afectados directos con el proyecto. Lo peor de todo es que no se sabe qué se hizo con el dinero de esa subasta”, añadió.

El presupuesto para Majes Siguas supera los 600 millones de dólares con la adenda 13, que no son nada con los más de mil millones de dólares anuales que se obtendrán como ganancia. Habría que estar locos como para oponerse a su reactivación, añadió Luis Calle, quien recomendó ahora hacer seguimiento estricto a los acuerdos, en especial al cierre financiero que tiene la obligación de hacer la empresa y al cronograma de avance de obras.

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