La lección de Chile
Por: Carlos Meneses
“Lo ocurrido con el plebiscito en Chile y la reforma constitucional que se creía iba a ser aprobada, revela que los peruanos debemos aprender la lección”.
Desde que el presidente Castillo asumió el gobierno del Perú comenzó a exigirse la realización de una Asamblea Constituyente ofrecida por el candidato y respaldada por una ciudadanía en la que había significativa presencia de la izquierda.
Muchos consideraron prudente esperar lo que pasaría con un experimento que estaba anunciado por posiciones de la izquierda chilena y por violencia que conmovió al vecino país, obligando al gobierno de Piñeira a convocar a los electores a escoger a centenar y medio de intelectuales y políticos para realizar una fórmula adecuada para remplazar la Constitución que regía en Chile desde el gobierno de Pinochet.
El presidente sucesor de Piñeira, Gabriel Boric confirmó la intención de la Asamblea Constituyente y luego convocó a un plebiscito para que el pueblo se pronunciara sobre su aprobación. Los resultados fueron negativos pues al cierre del cómputo, el 62 por ciento votó en contra.
Boric se ha reunido, el lunes por la tarde, con los líderes políticos de todas las tendencias para ver qué se puede salvar de las ideas de la Constituyente realizada y puedan ser aplicadas en un país que América entera reconoce como un modelo social avanzado y dinámico.
La primera demostración de los resultados obtenidos evidencia que es prudente hacer de una manera diferente las reformas constitucionales y es preferible caminar un poco más lento que los chilenos, pero dando pasos seguros que no trastoquen el orden establecido y la aceptación ciudadana.
Esa es la primera lección por aprender. La Constitución vigente permite hacer reformas parciales que no obliguen a hacer cambios en forma traumática de lo que por lo menos en los últimos 25 años ha sido bueno para la economía peruana tanto del país como de la ciudadanía.