La Política, la oferta y la demanda
Por: Pedro Rodríguez Chirinos – Asociación Rerum novarum.
Estamos cerca de las elecciones nuevamente, pero con los mismos problemas de ayer, otra vez la desinformación, las declaraciones, las promesas, investigaciones, grabaciones, pero se dice o no se dice, se afirma o se niega, pero ¿dónde están las pruebas? ¿cómo confiar? ¿quién miente? ¿dónde está la verdad? ¿las promesas? ¿por quién votar?
No solo en los negocios se tiene la oferta y la demanda, también en la política, donde la oferta son los partidos, movimientos y sus miembros o partidarios que pasan a ser los candidatos. Mientras que la demanda somos nosotros, los ciudadanos, comunes y corrientes. ¿Qué se ofrece o vende? son las promesas, los proyectos, las mejoras en el vivir cotidiano, todo ello a cambio de los votos.
Esperamos que estas palabras puedan ayudar a tomar una mejor decisión. Primeramente, hay dos momentos, uno es la política que se dan antes de las elecciones y otro la campaña electoral. Si en el primero no se hace nada o se hace mal es de esperar que es oportunismo electoral. Entonces viene esa oportunidad de encandilar al votante, las promesas y los encantamientos, las frases claves, la foto precisa, las presentaciones calculadas, todo para lograr un voto emocional, no racional, dicen, y no son pocos, que con eso se gana y de lejos.
Segundo, veamos que es la política. La Política, la entendemos como un servicio a la comunidad a la cual se debe, no a un partido o grupo, no a los intereses de una empresa o nación, es a la comunidad. Se entiende también como un arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los estados. Y a los políticos, como aquella actividad de los ciudadanos cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo. Este trabajo de servir a la comunidad a la cual se debe, que es noble y alturado, tiene en la actualidad el de servirse de la comunidad, y en ello tiene una gran tentación y es la demagogia.
La Demagogia es la práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular. También se entiende como la degeneración de la democracia. Ella consiste en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder. Ejemplarizamos con los tapers, el polo, el puesto de trabajo, la obra prometida, etc.
El Político tiene un instrumento, la palabra, pero la palabra sin verdad es solo demagogia. Entonces la política, la palabra y la verdad, tienen sintonía, en vista del bien común. Sobre lo anterior podemos ahondar en algo que en nuestros días está de menos en el actuar político de todas las tiendas y niveles, y en esta campaña, la verdad.
Pero ¿qué es la verdad? Esa pregunta tiene dos respuestas, una en la fe, la teológica, firme y constante, la cual la verdad es Cristo, cuando dice: “yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14,6). Esta es para toda la vida, se llama cristianismo. La otra, en la razón, la filosofía, las ciencias, tan necesaria de aclarar todos los días y tan vital en el momento actual que vivimos.
Revisando, encontramos cuatro definiciones sobre la verdad. La Idealista, la cual es subjetiva, la que tú crees que es, la verdad es el acuerdo del juicio con las leyes inmanentes de la razón o propiamente el acuerdo del pensamiento consigo mismo. Véase a Kant. La Sociológica, la de la mayoría, por votos se decide que es verdad. Los sociólogos defienden la idea de que la verdad consiste, no en la conformidad del espíritu con lo real, sino con el acuerdo de los espíritus entre sí. Pueden consultar a Durkheim. La Pragmática, la verdad consiste en su valor práctico. Es verdadero lo que favorece la acción, lo que procura una expansión de nuestra personalidad. En pocas palabras, la verdad se define por el éxito. Pueden informarse en W. James o Marx entre otros.
Tenemos presente que es la verdad, la cual, tiene como un fundamento en nuestra doctrina social cristiana la verdad. Es la adecuación; la verdad es la adecuación entre objeto y entendimiento. Es la propuesta que viene desde Aristóteles, Isaac, Avicena y por último Santo Tomás de Aquino. Cuando se conoce una cosa, algo, un hecho, “es”, por lo tanto, dices que “es”, entonces eso es verdadero. Entonces la adecuación, es la relación, la correspondencia entre lo que es el objeto y lo que nuestra inteligencia toma, se apropia y lo declara en el juicio.
Ejemplarizamos, si conoces lo que es correcto de hacer en las obras públicas, ser honrado, es un buen ejemplo que hacer y seguir, “es bueno”, y lo dices que “es bueno” eso es verdadero.
Si es candidato a la presidencia, región o alcaldía, conociendo que no va a vencer en tan pocos años la pobreza, dar trabajo, seguridad, y promete que lo hará en cuatro o cinco años, eso es una falsedad. La falsedad surge que conociendo o entendiendo que no podrá hacerlo “no es posible” y lo afirma en la campaña “si es posible”, es una falsedad. Afirmar sabiendo que “no es” dice que “es”, solo por conseguir votos. Eso es engañar, sorprender a las personas.
De igual manera de un candidato a una alcaldía, afirma y es cierto; que no tiene antecedentes o problemas legales, “no tiene” y afirma que “no tiene” eso es verdadero.
De aseverar la verdad se desprenden varias afirmaciones, de las cuales proponemos conocer: la certeza, la duda, la opinión, el error, la prueba, la evidencia y al final la fe. Son de utilidad y en especial en la política. Pero eso es otro tema que tratar.
Para concluir hoy vemos una oferta electoral muy pobre, candidatos de dudosa procedencia y de trayectoria oscura, con honrosas excepciones y en el otro lado la demanda, los ciudadanos que no leen, no tienen participación en política, no investigan, se conforman con poco, y que se desprenden del voto y no lo vigilan después, reciben aquello que eligen; el 2% de responsabilidad y 98% de oportunismo, por no decir, la demagogia y las consecuencias de negociados, malversaciones, robos en pocas palabras y un crimen condenable, al igual que los anteriores, el de matar la confianza de la comunidad y en especial el mensaje a los jóvenes y niños la lección de impunidad.