Economía en jaque ante millonarias pérdidas
Por: Luis Miguel Castilla – Director ejecutivo de Videnza Consultores

La convulsión social tiene un elevado costo directo para las regiones afectadas y ciertamente para todo el país. El Ministerio de Economía y Finanzas ha estimado que la violencia habría restado alrededor de S/ 2060 millones acumulados entre diciembre 2022 y enero 2023. Al continuar latente los focos de conflictividad al no vislumbrarse una pronta salida a la crisis y dado el entrampamiento en el Congreso de la República sobre el adelanto de las elecciones generales, la previsión de crecimiento del PBI para este año se está ajustando a la baja.

Dos sectores que están siendo seriamente afectados son la minería y el turismo. Respecto al primero, la mina Antapaccay ha suspendido sus operaciones y, más recientemente, Las Bambas ha decidido paralizar su producción ocasionando cuantiosas pérdidas económicas que ascienden a US$ 10 millones de menor producción diaria y S/ 5 millones diarios de menor pago por concepto de Impuesto a la Renta y regalías. El mayor riesgo es que se propague la violencia a otros yacimientos mineros y que la afectación económica sea incluso mayor.

Por su parte, el turismo está siendo afectado con el colapso de reservas y la drámatica reducción de turistas extranjeros. De acuerdo con la Asociación Peruana de Agencias de Viajes y Turismo, el 80% de los viajes programados a Perú desde el extranjero se estarían cancelando en varios puntos. Peor aún, existe riesgo para el desempeño del sector turismo durante 2023, porque los operadores del extranjero proyectan con un año de anticipación a dónde irán sus pasajeros.

Además hay una afectación inflacionaria no menor. Las limitaciones en el transporte de productos perecibles como frutas y vegetales, y problemas se suministro de combustibles están afectando el costo de la canasta básica en múltiples ciudades del país. Según el reporte del INEI de enero último, las variaciones más altas (y muy encima del promedio nacional) se reportaron en Puerto Maldonado, Puno, Moquegua, Abancay, Tacna y Cusco. Esta situación hará más lento el descenso de la inflación a nivel nacional, dificultando la labor del Banco Central de Reserva.

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