LA MAMITA DE CHAPI

Por: Javier Del Río Alba – Arzobispo de Arequipa

Cada 1 de mayo la Iglesia en Arequipa se viste de fiesta para celebrar a nuestra Mamita de Chapi. La afluencia de peregrinos al Santuario ubicado en el distrito de Polobaya es cada vez mayor. Para este año se ha calculado la asistencia de más de doscientos mil fieles entre el 30 de abril y el 2 de mayo. Espiritualmente unidos a ellos están las decenas de miles de fieles que acuden a otros lugares de nuestra Arquidiócesis donde también se venera la imagen, como Chapi Chico, Chapi Charcani, Mollendo y varios templos de la Región, y quienes participan en las Misas que en honor a la Virgen se celebran a lo largo del mes en cada parroquia de nuestra jurisdicción eclesiástica. De esta manera, los arequipeños, y cada vez más peruanos de otras partes del país e incluso fieles del extranjero, damos gracias a Dios por la protección y el cuidado que nos brinda por medio de nuestra Mamita, y a través de ella le pedimos las gracias que necesitamos.

Esto nos llena de alegría porque sabemos que cuando confiamos nuestros hogares y nuestras vidas a la maternal solicitud de la Virgen María, nuestras familias y las nuevas generaciones – hijos y nietos – están en buenas manos. Por eso, es particularmente bello y esperanzador saber que cada vez son más los padres que llevan a sus hijos e hijas al Santuario y, de esa manera, les transmiten la devoción a la Virgen. Esto es muy importante, porque los padres católicos son los primeros responsables de transmitir la fe a sus hijos y así, dándoles las razones por las cuales acuden al Santuario y enseñándoles a confiar en la Mamita, están haciendo una verdadera transmisión de la fe. Como relatan los evangelios, Jesús, en la Cruz, nos entregó a su Madre y nos encomendó a ella; y en los casi dos mil años transcurridos desde entonces, la Iglesia siempre ha constatado que la Virgen María cumple en cada generación el encargo que le dio su Hijo. Por eso, si alguno duda de la existencia de la Virgen y de su amor hacia nosotros, lo invito a acudir a ella con confianza para que pueda experimentar su cercanía, auxilio y consuelo.

Quisiera aprovechar para agradecer a las instituciones que conforman la Comisión Multisectorial Organizadora de la Fiesta en el Santuario de Chapi, así como al Rector del Santuario, su Vicerrector y los fieles que, todos en forma gratuita, colaboran en el Santuario a lo largo del año. Un agradecimiento especial va para los sacerdotes que se trasladan hasta allá los días de fiesta para atender las confesiones de los fieles. Gracias a la participación de todos, la celebración de la fiesta de mayo mejora cada año y los peregrinos tienen más facilidades para llegar al Santuario incluso en otros meses y vivir siempre una jornada llena de fe. Agradezco también a las autoridades y feligreses que hacen lo propio en los otros templos a los que acuden quienes no pueden ir hasta Chapi.

De esta manera comenzamos el mes de mayo que la Iglesia en todo el mundo dedica de modo especial a la Virgen María, aquella joven que Dios eligió para ser Madre de su Hijo y, a través de ella, traernos la salvación. Como dijo el santo Papa Juan Pablo II cuando coronó a nuestra Mamita el año 1985, ella es la Madre y Reina de Arequipa.

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