Salud en emergencia en las regiones

Por: Carlos Meneses

El sistema de salud peruano se basa en un modelo estructural fragmentado. Ello ha llevado a que se manifiesten nuevas desigualdades para otros sectores menos favorecidos.

En el Perú, 83 de cada 100 personas que se enferman no son atendidas en servicios de salud públicos ni privados, a nivel urbano y rural, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) de fines del 2022.

La brecha de infraestructura en salud en el país excede los S/ 27 000 millones a cinco años, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Para reducirla, se requiere, como mínimo, una década con un ritmo anual de ejecución de inversiones en salud que supere los S/ 2 500 millones. En Arequipa y otras regiones,  son innumerables los casos de obras del sector paralizadas.

¿Cómo reducir en salud, esta brecha de demanda de manera progresiva y acelerada?. Los gobernadores regionales tienen grandes retos en la gestión de los servicios de salud de sus jurisdicciones, incluyendo bajos niveles de ejecución de inversiones.

Los gestores regionales de salud deben convocar y liderar equipos multidisciplinarios y conjuntamente con otros actores de salud para garantizar la ejecución de las múltiples tareas en los ámbitos regionales.

Es por ello, que voceros de la Asociación Nacional de Gobiernos Regionales solicitaron una  reunión urgente con el Ejecutivo para ver temas álgidos del sector salud, como la emergencia sanitaria y el recorte presupuestal, los cuales deben ser atendidos inmediatamente.

Las autoridades regionales precisan que hace falta un trabajo articulado y eficiente. Recordemos que tras la pandemia por la COVID, Perú se posicionó como el país a nivel mundial con mayor índice de mortalidad por cada cien mil habitantes. Este hecho hizo evidente, entre otros factores, las limitaciones del sistema de salud, especialmente al interior del país.

Es necesario realizar sinergias entre entidades públicas y privadas, ciudadanos y comunidades (de manera participativa, inclusiva y democrática) para intercambiar propuestas sobre salud y lograr una población con mejores servicios como base para el desarrollo social.

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