Antecedentes de la Encíclica Rerum Novarum. Parte I
Por: Pedro Rodríguez Chirinos – ASOCIACIÓN RERUM NOVARUM

Una encíclica es una carta solemne sobre asuntos de la Iglesia o determinados puntos de la doctrina católica dirigidas por el Papa a los obispos y fieles católicos de todo el mundo.

Para nosotros, los cristianos las encíclicas son puntos de reflexión, temas actuales, líneas de acción, entre otras propuestas queridas y deseadas, y para aquellos que no son cristianos, unas reflexiones que pueden tener algún valor o mucho.  Es por ello, que queremos proponer unas líneas sobre la encíclica Rerum novarum, la cual marco un antes y un después de las cuestiones sociales.

Para ello, necesitamos hablar de los antecedentes de este documento. Es la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX, generó el aumento de la riqueza, pero concentrada en unas pocas manos. Junto al bienestar social global, también se dieron las más grandes atrocidades con respecto al proletariado. La situación de una inmensa mayoría era deshumanizada. “Están casi siempre oprimidos por la miseria y degradados por un trabajo realizado en condiciones inhumanas. No Poco menos que la esclavitud a una muchedumbre infinita de proletarios”.

Para poder tener una visión que describe los ambientes laborales de la paupérrima clase trabajadora, queremos mostrar gráficamente la situación en que tenían que laborar, para poder llevar el “pan a su hogar”.

Con la ampliación de la revolución industrial al resto de Europa y a Estados Unidos se generalizaron los abusos y la explotación de niños durante todo el siglo XIX y principios del siglo XX. Al igual que en el caso inglés, los abusos fueron provocando una mayor indignación social que se vio reflejada en la aparición de leyes que limitaban tanto la edad mínima para trabajar como el número de horas por jornada laboral.”

Algunas de las causas que suscitaron esta realidad tan espantosa, entre otras son las siguientes:

– Amoralismo económico (La economía es una ciencia que tiene sus propios fines y leyes. La creación de la riqueza y la obtención de ganancias no tiene que ver con la ética. Si la idea es ganar dinero no tiene sentido hablar de métodos justos  injustos).

– Libre concurrencia (Exaltación de la libertad del individuo como base de la economía. Se tienen muchas restricciones, tales como la libertad de asociación, de reunión, de negociación colectiva, de derechos básicos laborales, etc. La concepción de este sistema era que todos eran iguales, pero en la práctica salen ganado siempre los más fuertes).

– Absentismo estatal (El Estado no debe intervenir en la economía, pues estaría entrando en un estado social y eso es lo que no se propone, es decir, quitaría la libertad del individuo y  sus derechos, Esta concepción de un “Estado de brazos cruzados” llevaría a la explotación de los más débiles y la opresión casi sin límites).

Además, se sustenta esta terrible realidad por un ambiente materialista infeccionado por las siguientes ideologías: el Materialismo Histórico, Freud, Nietzsche, Comte, Darwin, etc.

Es en medio de ese ambiente que la Iglesia expresa un juicio moral, en materia económica y social, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas. Ese juicio moral se llama Rerum novarum.

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