Por: Carlos Meneses

La promoción del turismo hacia Arequipa impone un buen cuidado a la seguridad de quienes viven o visitan el Centro Histórico, especialmente por las noches. El municipio y la Policía deben cuidar y evitar un comercio ambulatorio que se ha tornado peligroso para propios y extraños.

En los próximos días llegarán muchos visitantes a Arequipa atraídos por el Perumin 2023, ellos alternarán su presencia en un evento internacional con visitas a lugares turísticos y merecedores de su buen gusto, pero sería adecuado darles aviso de que llegada que sea la noche deben abstenerse de caminar por los jirones centrales que fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2000.

Los visitantes deberán evitar ingresar al Centro Histórico, pues lo que encontrarán en jirones y calles será una invasión de ambulantes que convierten las calles nuestras en zonas intransitables y riesgosas.

Inútiles han sido las peticiones que a favor de un ordenamiento urbano han realizado propios y extraños, la Municipalidad Provincial de Arequipa y la Policía no han podido imponer su autoridad para detener un incremento de ambulantes que han llegado a extremos de obstaculizar el libre tránsito de la gente que quiere tener a su disposición las bellezas nocturnas y disfrutar con seguridad las arterias centrales.

Nada puede hacer una Municipalidad que no quiere tener cuidado con el turista y también para quienes viviendo en la urbe quieren tener la ocasión de disfrutar de las noches en el centro y con ello hacemos daño a los esfuerzos de promoción que en favor del turismo intenta realizar los promotores de la industria.

Urge adoptar medidas para el buen vivir y creemos que en el afán colaborarán incluso los artesanos expuestos ahora a riesgos por la invasión de las calles y las veredas.