Por Carlos Meneses

América Latina espera la decisión de Brasil que será definitoria entre la izquierda y la derecha, así como las tendencias económicas y de inversión de China y Estados Unidos en esta parte del mundo.

El presidente argentino, Javier Milei, ha iniciado una gira por Asia y concretamente está visitando Israel, en la competencia que tiene ya establecida con el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, como líderes de movimientos derechistas en América Latina y el marcado contraste con los afanes izquierdistas de los socialistas del siglo XXI.

Los objetivos no son iguales sino marcadamente diferentes de los 2 gobernantes que se han enfrentado a grupos delincuenciales y que tuvieron resonante éxito en sus esfuerzos de atraer atención americana y también de los israelitas.

De otro lado, la izquierda confronta problemas particularmente en Venezuela donde Maduro quiere ser candidato único en elecciones que pretenden perpetuarlo en el poder.

En Argentina, Milei ha señalado el propósito de diferenciarse de Bukele en forma contundente y descartando la política de represión encarcelando a miles de personas que incluyen a muchos inocentes.

Él cree que el problema por resolver es básicamente conseguir inversión y dar valor a la moneda argentina; su contratiempo es principalmente económico y para eso quiere conseguir apoyo de Estado Unidos (EE.UU.) y ahora también de Israel. Así que los objetivos son claramente diferentes como lo son los problemas que deben atender.