Retraso y sobrecosto en ejecución de obras es el talón de Aquiles del GRA

EXCESO DE PROYECTOS BAJO ADMINISTRACIÓN DIRECTA

Videnza Instituto ha elaborado el Índice Regional de Eficiencia en la Inversión Pública (IREI), el GORE Arequipa está en un lugar expectante en la adecuada inversión pública, pero podría estar mejor.

Por Erika Romero D.

El Gobierno Regional de Arequipa (GRA) no tiene un trabajo continuo ni constante en la ejecución de una obra destinada a cerrar brechas en infraestructura y servicios públicos. Empieza bien los proyectos, pero los termina a las justas. Su principal debilidad se sitúa en el retraso en la entrega y el sobrecosto presupuestal.

Videnza Instituto ha elaborado el Índice Regional de Eficiencia en la Inversión Pública (IREI), Daniela Leguía Ballón, analista de esa entidad nos ayuda a entender cuál es la situación del GRA respecto de la ejecución de obras y cuáles serían las fallas que deben resolver.

El refrán «arrancada de caballo pura sangre y parada de burro» se aplica muy bien para este caso. Lo que el GRA necesita es ser eficaz y eficiente desde el inicio de una construcción hasta el final lográndose así atender las necesidades de la población.

LA BUENO

En el IREI, correspondiente al 4 trimestre del año pasado, el GRA ocupa un lugar expectante entre las instituciones estatales que mejor gastan.

Daniela Leguia Ballón, analista.

“Al cuarto trimestre del 2023, los Gobiernos Regionales de Madre de Dios y La Libertad son los más eficientes en inversión pública regional. Le siguen los de San Martín y Arequipa”. Este dato corresponde a la etapa de programación y formulación de proyectos.

Ocupar ese puesto significa que el GRA ejecuta inversiones puntuales pequeñas y otras de mayor envergadura destinado al cierre de brechas como puentes, colegios, redes de alcantarillado y agua potable, entre otras.

En cuanto al incumplimiento en la programación y sobrecarga de proyectos está en líneas generales mejor que otros gobiernos regionales porque de todo los que ha programado para ejecutar en el 2023 ha ejecutado gran parte de los proyectado, siendo el porcentaje de incumplimiento bajo, que se representan con un 1.6%.

“Esto quiere decir que está planificando en función a sus capacidades lo que es correcto”, señala Leguía Ballón.

En el IREI se ha considerado el Índice Sobrecarga de proyectos que revisa el número de obras que se tiene sin ejecutar en cartera, es decir aquellas que siguen solo en el papel.

“Si tengo muchos nuevos proyectos voy a saturar mi programación de los próximos años, de hecho, puede ocurrir que no haya presupuesto. Para el GRA se ha registrado 52% que es un numero alto, pero no tanto en comparación con otros gobiernos regionales”.   

NO TAN BUENO

Mientras se avanza en la tabla porcentual del IREI, el camino del GRA se va viendo un poco más pedregoso, por ejemplo, al analizar el número de obras que están bajo la modalidad de administración directa, la entidad regional baja al décimo quinto lugar. Esto quiere decir que está asumiendo la realización física de un proyecto en un gran porcentaje.

Hacer una construcción bajo administración directa, nos explica Leguía Ballón, es hacer una obra con el personal obrero del GRA, esa entidad pública se hace responsable de la realización de los estudios, usa su propia maquinaria, usa sus propios recursos. El problema comienza cuando no se tiene la experiencia en la construcción, se puede originar la contratación de persona nada capacitado y finalmente no tener un servicio de calidad. Eso genera un riesgo porque lo ejecutado puede no perdurar en el tiempo o estar mal hecho.

Paola Bustamante, directora de Videnza.

“Lo ideal es que la modalidad de administración directa tenga carácter de excepcional”, precisa.

La modalidad de administración directa se presta en algunas ocasiones como la mejor oportunidad para que las autoridades electas por voto popular devuelvan el “favor” a quienes les ayudaron durante la campaña electoral. Esta práctica no colisiona con el cierre de brechas de calidad.

En algunos casos se justifica el uso de la modalidad de administración directa para evitar que las empresas constructoras elegidas bajo un proceso de licitación abandonen la obra o inicien un arbitraje ante una controversia.

Sin embargo, Daniela Leguía Ballón indica que eso se soluciona con una buena elaboración de bases de licitación, buenos estudios. Además de contar con funcionarios capacitados en contrataciones estatales y eso no sucede.

“Recientemente Servir ha señalado que los funcionarios públicos, específicamente en el sistema administrativo de inversión pública se encontró que la mayoría de los funcionarios evaluados no tenían resultados adecuados o requerían mayor capacitación. Solo el 1% de los evaluados tenían un conocimiento óptimo para la función. Si a esto se le suma el cambio de gerentes regionales, por ejemplo en Arequipa un gerente general del GRA permanece en el puesto 4.6 meses”, revela la analista.

LO RESCATABLE

Luego de la fase de planeamiento y formulación de un proyecto viene la ejecución, esta es la etapa más larga y con mayor cantidad de problemas. Al GRA le va bien cuando se le evalúa en el impacto de las obras que ejecuta, los números muestran que se concretiza proyectos grandes.

De otro lado, en el ítem avance de ejecución financiera se revela utilizó para el 2023 el 90% de sus recursos.

LO MALO

Un puesto nada grato corresponde al Sobrecosto y retraso de proyectos, el GRA ocupa el puesto 16, esto en buena cuenta refleja que a la GORE le está costando más hacer los proyectos que lo planificado y se está tomando más tiempo del programado inicialmente.

“Hay un sobrecosto el 26%, es decir si el GRA había un proyecto que estaba presupuesto en 100 millones, según su expediente técnico, en la practica le esta costando 126 millones. Hay definitivamente un porcentaje de sobrecosto importante entre que se aprueban los estudios y se ejecutan. Esto se debe a que los estudios no se hicieron bien, no fueron de calidad o hay demora en la liberación de predios”, señala Leguía.

Finalmente, en la ejecución de proyectos el GRA registra en promedio de retraso de 1082 días, casi 3 años.    

“Cada proyecto que no se ha terminado tiene un alto costo de oportunidad, por ejemplo, si una de esas obras ha sido un hospital o un centro de salud de ha dejado de atender las dolencias de varios ciudadanos”, finaliza.

OBRAS PARALIZADAS

A la directora de Videnza Escuela de Gestores, Paola Bustamante y la analista de  Videnza Instituto les consultamos cómo se evita la paralización de obras. Las especialistas señalaron que serequiere de la participación articulada de distintas instituciones públicas de los tres niveles de gobierno, y privadas para fortalecer el liderazgo gerencial de las entidades públicas para que puedan realizar un control y seguimiento oportuno a los responsables identificados durante el proceso de ejecución. Esto además del fortalecimiento del recurso humano en todas las etapas del proceso:  planificación, reclutamiento, selección, inducción, evaluación, capacitación, rotación o despidos.

Los avances tecnológicos pueden ser también de gran ayuda. Así, sería de utilidad implementar el uso de la metodología de Modelado de Información de Construcción (BIM, por sus siglas en inglés). Una medida colaborativa útil en la creación y gestión de proyectos de inversión, para que cualquier modificación del proyecto sea actualizada y comunicada a todos los especialistas simultáneamente, esto permite un óptimo proceso constructivo que involucra ahorro de tiempo y dinero. A su vez, esta metodología, permite tener estudios técnicos de calidad lo cual disminuye el riesgo de paralización de obras por falta de autorizaciones, conflictos sociales o aspectos climatológicos. “Evitar la paralización de una obra supone evitar también procesos largos y costosos de reactivación de estas. Durante la paralización muchos contratos pueden perder vigencia, así también algunos de los activos pueden quedar obsoletos, esto supone la necesidad de una nueva valorización de la obra y de muy probablemente incrementar los costos de esta. Además, más allá de los costos directos que significa una paralización, también están los costos que se provocan a familias que no pueden disfrutar de los servicios que le podría ofrecer una obra, o a las empresas que ven reducida su productividad, por ejemplo, por la falta de conectividad. La infraestructura es vital para el desarrollo de las regiones y no podemos darnos el lujo de que estas se encuentren paralizadas. Como se dice no hay obra más costosa que la que no se termina”, sostuvieron.   

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