La gestión del agua en el cambio climático

Por: Yamina Silva – Investigadora científica del IGP

REFLEXIONES

La variabilidad interanual de las lluvias, influenciada por fenómenos como El Niño, hace que la gestión del agua sea aún más compleja. En algunas regiones experimentamos períodos de sequía seguidos de lluvias intensas, lo que puede llevar a inundaciones y huaicos con pérdidas de suelos e infraestructura. Este año hemos sido testigos de eventos extremos que han resaltado la urgente necesidad de adaptarnos y fortalecer nuestras capacidades de gestión del agua.

Para enfrentar estos desafíos es crucial adoptar un enfoque integral que aborde tanto la conservación de los recursos hídricos como la eficiencia en su uso. En la sierra, donde el régimen de lluvias es más marcado, debemos aprovechar al máximo los pocos meses de lluvias para almacenar agua en reservorios naturales y recargar los acuíferos. Esto requiere la preservación de los ecosistemas altoandinos, que actúan como esponjas naturales y reguladoras del flujo hídrico.

En la costa, donde la disponibilidad de agua depende en gran medida de las fuentes provenientes de las montañas, es esencial fomentar una cultura de cuidado y uso racional del recurso. La implementación de prácticas de conservación y tecnologías eficientes en el riego agrícola, así como la promoción del reúso y reciclaje del agua pueden contribuir significativamente a la gestión sostenible de este recurso vital.

Además, debemos estar preparados para adaptarnos a los cambios en los patrones de precipitación que se estima continúen en el futuro. Esto implica fortalecer la infraestructura de almacenamiento y distribución de agua, así como desarrollar políticas y estrategias de gestión del agua que sean flexibles y adaptativas a las condiciones cambiantes del clima.

En resumen, la gestión del agua en el contexto del cambio climático requiere de una acción concertada a nivel nacional y local, que promueva la conservación, la eficiencia y la adaptación. Solo mediante un enfoque holístico y colaborativo podemos garantizar un suministro seguro y equitativo de agua para las generaciones presentes y futuras. La ciencia y el desarrollo tecnológico desempeñan un papel fundamental en esta tarea, brindando herramientas y soluciones innovadoras para enfrentar los desafíos actuales y futuros relacionados con el agua y el cambio climático.

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