Educación y Día Mundial del Agua

Por David Auris Villegas

El Montonero


¿Cómo sería la vida en el planeta un día sin agua? Sería catastrófico y desolador. Trastornaría la salud de los niños, los ancianos, los pacientes y a los grupos vulnerables. Al no haber agua, la gente pagaría un costo elevado, lo cual afectaría a las familias de bajos recursos, generando una mayor desigualdad global que nadie desea.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), advierte que uno de cada cuatro individuos en el mundo carece de agua potable. Para concientizar su importancia, cada 22 de marzo conmemora el Día Mundial del Agua. Su agenda está enfocada en analizar la escasez de agua para la vida en el planeta y la urgencia de abordar su acceso, gestión y conservación. La experta del oro líquido, Heidi Storsberg, sostiene que este preciado recurso atraviesa todos los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), lo que implica que es un eje transversal a lo largo de toda la vida.

Considerando el mandato global del objetivo 6 de los ODS al año 2030 –enfocado en garantizar agua para todos los ciudadanos– Singapur, Israel y los países escandinavos han centrado su atención en la educación de sus ciudadanos con novedosas estrategias para garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible de este recurso. Los países en desarrollo pueden imitarlos, de lo contrario estaremos petardeando nuestra posibilidad de vivir mejor, ya que la falta de agua afecta a los países más pobres y dentro de ellas, a la población infantil.

En esta línea, el informe de actualización de 2023 del Programa Conjunto de Monitoreo de ONU-Agua, resume que para alcanzar la cobertura universal al 2030 requerirá sextuplicar las tasas y gestiones actuales de agua potable, lo cual parece imposible de cumplir. Para esto, los gobiernos han de centrarse en la implementación transversal de la educación hídrica en las escuelas dentro de su programación curricular.

Los proyectos educativos de creación de jardines y el reciclaje de agua para regarlos y utilizar en los servicios higiénicos son vivenciales y ayudan a valorar su uso racional. Por lo tanto, es necesario que los docentes impartan sus clases, asumiendo como objetivo, cultivar los hábitos de una cultura de preservación y conservación del agua desde una infancia temprana para un aprendizaje saludable, señala Unicef.

Todavía no existe una carrera universitaria netamente sobre agua en el Perú, pero la Universidad de Chile tiene la carrera de Ingeniería de Recursos Hídricos. Y poniéndose a la vanguardia, la Universidad Tecnológica de Uruguay cuenta con la carrera de Ingeniería de Agua y Desarrollo Sostenible. Pero no contar con esa carrera profesional, no es impedimento para que las universidades establezcan líneas de investigación de agua en sus programas de pregrado, maestría y doctorado, tal como impulsa la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Otra fuente fundamental para fomentar la difusión del poder del agua, es la edición y la publicación de revistas científicas indexadas a repositorios de alto impacto, como Scopus, Web Of Science o Scielo, en temas de agua, y el ODS 6, para contribuir de manera científica al cuidado y cultivo del agua.

Agua es vida. Es el néctar azul del quehacer cotidiano de la humanidad; por tanto, cuidemos y gestionemos con inteligencia su uso sostenible y responsable desde la educación, a fin de que continúe la función de la vida.

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