De las consolas a la vida real: cómo los videojuegos fomentan las habilidades blandas

Los videojuegos van mucho más allá del entretenimiento. En una era en la que las habilidades blandas son más demandadas, los videojuegos forman parte de la preparación de nuevos líderes.

Aunque los videojuegos son, generalmente, asociados con la recreación y el entretenimiento, también pueden ser una herramienta efectiva que contribuya al desarrollo de habilidades blandas en las personas. Estos ofrecen entornos interactivos que requieren el uso y la práctica de relaciones interpersonales de forma divertida.

“Desde la agilidad ante la adversidad, hasta la resiliencia y el trabajo en equipo, los videojuegos plantean desafíos a los jugadores y los preparan, directa o indirectamente, para participar activamente como un colaborador motivado, e incluso para liderar equipos con objetivos ambiciosos”, explica Javier Albarracín, director del Centro de Tecnología y Transformación Digital de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP).

De acuerdo con diversos estudios, los juegos pueden contribuir al desarrollo de estilos de liderazgo en la vida real. Tal es el caso, por ejemplo, de la correlación que existe entre los roles de juego en el género batalla multijugador en línea (MOBA, por el término Multiplayer Online Battle Arena) y los rasgos y los comportamientos de un líder en cualquier contexto u organización.

En una era en la que las habilidades blandas son tan demandadas como las técnicas, los videojuegos forman parte de la preparación de nuevos emprendedores y agentes de cambio, según el director de la UTP. “Jugar nos puede enseñar a tomar decisiones bajo presión, pues los videojuegos exigen decisiones rápidas con información limitada; y a trabajar en equipo porque los juegos en línea fomentan la colaboración remota”, comenta. “Asimismo, estar frente a una consola es clave para el pensamiento estratégico y creativo, pues demanda del jugador la adaptación contra rivales y situaciones impredecibles”, añade.

Además, liderar con éxito una empresa o institución implica, en el largo plazo, enfrentar problemas complejos, vencer barreras y soportar fracasos temporales. Por ello, Javier Albarracín sostiene que, al cultivar la motivación y la determinación, los videojuegos forman personas con la energía y fortaleza mental para ejercer un liderazgo efectivo.

“En el terreno de la ética, algunos juegos permiten a los jugadores explorar las consecuencias de diversas decisiones. Tener que experimentar los resultados de sus acciones, incluso en un entorno simulado, puede fomentar la consideración de principios éticos al tomar decisiones en el mundo real”, concluye el director.

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