Viven con menos de S/446 al mes 196 mil arequipeños

Por Jorge Turpo Rivas

En el 2019, la pobreza monetaria afectaba al 6% de la población. Esa cifra creció a 13.9% en el 2023. Expertos señalan que no es suficiente los programas sociales, es urgente impulsar la inversión y el empleo.

POBREZA SE DUPLICÓ EN COMPARACIÓN A PREPANDEMIA

Atrás quedaron los años en que la economía de Arequipa crecía por encima de la media nacional y su nivel de pobreza era de un dígito. Eso ocurrió entre el 2009 y 2019 donde la pobreza en la región llegó al 6%. En ese mismo periodo, la pobreza a nivel nacional se redujo de 33,5% a 20,5%.

Pero llegó la pandemia de la Covid-19 y, además de provocar miles de muertes, enfermó nuestra economía. No hay grandes proyectos de inversión (ni privado ni público) en desarrollo, no se mejoró los índices de desarrollo humano entendidos como el acceso a servicios básicos ni se generó empleo formal.

Todo ello, sumado a la permanente crisis política y social, provocó que la pobreza en Arequipa se duplique en apenas cuatro años. Pasamos del 6% en el 2019, al 13,9% en el 2023.

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), después de una postergación desde el jueves pasado, finalmente ayer presentó de manera oficial las cifras de la pobreza monetaria en el país.

En el caso de Arequipa, se reveló que ese 13,9% representa a 195 mil arequipeños. Es decir, que esa cantidad de personas viven en situación de pobreza. Tienen ingresos mensuales de 446 soles para sobrevivir.

El representante del Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia, Javier Herrera, destacó que la principal consecuencia de la pobreza monetaria es que las familias tienen menos acceso a la alimentación para sus hijos y eso generará un problema grave a largo plazo.

Representante del Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia, Javier Herrera.

“Estamos hipotecando el futuro de nuestros niños porque con esos ingresos las familias no pueden comprar alimentos ricos en proteínas y eso genera mayor incidencia de la anemia, con eso estamos condenando a nuestros niños a un futuro en desventaja”, comentó durante el panel de presentación de resultados del INEI.

¿QUÉ HACER?

Por su parte, la investigadora de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Norma Correa, manifestó que estamos en un contexto adverso para desarrollar política de lucha contra la pobreza, porque ya no tenemos las condiciones de hace unos años como el crecimiento económico sostenido, contexto internacional favorable y recursos fiscales.

“Estamos en una etapa de vacas flacas, con crisis política, debilitamiento institucional, así como un contexto internacional deteriorado y emergencias climáticas”, explicó.

Agregó que el recrudecimiento de la pobreza extrema en ámbitos rurales y el aumento de la pobreza urbana no se podrá enfrentar sólo con programas sociales o bonos.

“No vamos a responder sólo con programas sociales, porque no va a ser suficiente, un bono o dos bonos no le cambia la vida a nadie, lo que se requiere es mejorar la productividad y mejorar el empleo con mayor inversión”, apuntó.

La propuesta para reducir la pobreza -dijo Correa- pasa por impulsar el crecimiento económico y mejorar el clima de inversión, necesarios para la generación de empleo y para ampliar el espacio fiscal disponible para la inversión social.

“La Política Nacional de Desarrollo e Inclusión Social, aprobada en diciembre de 2022, propone como meta reducir la pobreza monetaria al 15% en el 2030. Para alcanzar esta meta, se requieren tasas de crecimiento anuales de por lo menos 5%. Con tasas de crecimiento de 2.5%, recién en el 2040 se alcanzarían los niveles de pobreza pre-pandemia”, comentó.

En ámbito rural, anotó Correa, se debe priorizar el desarrollo de infraestructura productiva, fortalecimiento de micro corredores, conectividad, programas sociales que contribuyan a la generación de autonomía económica, mejora de la calidad de servicios claves para el desarrollo humano (salud y educación).

Mientras que en la zona urbana se requiere impulsar la empleabilidad, mejorar los servicios básicos con el acceso al agua potable, además de la recuperación de aprendizajes en la escuela y generar mayor participación laboral de la mujer.

“La lucha contra la pobreza debe recibir mayor prioridad en el debate político. Las políticas económicas y las políticas sociales no deben andar en cuerdas separadas. Es necesario asumir el reto de construir un sistema de protección social eficiente”, destacó.

POSTERGACIÓN

De otro lado, el jefe interino del INEI, Peter Abad Altamirano, confirmó que el informe sobre la pobreza monetaria que estaba previsto presentarse el pasado jueves, se postergó por disposición de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).

“Como es de conocimiento público, la postergación se debió a una disposición expresa de la Presidencia del Consejo de Ministros. Sin embargo, esa decisión no implicó dejar de publicar el informe técnico de la pobreza 2023 y las bases de datos en nuestra página web institucional en la fecha establecida», dijo Abad.

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