De Pablo Neruda a Bad Bunny

Por: Ricardo Montero

REFLEXIONES

“Hace mucho tiempo le hago caso al corazón; y pasan los días’, los meses’, pensando en tu olor”. El sonido me llega desde el fondo del aula donde dictaré clases. Sigue el estribillo entonado (o desentonado) del puertorriqueño Bad Bunny. Ingreso al aula, los jóvenes escuchas se alarman, bajan el volumen y toma asiento el que se meneaba.

Pienso en Pablo Neruda y en “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Le pregunto al que se meneaba si ha escuchado hablar del chileno autor de Veinte canciones de amor y una canción desesperada. Me responde con una mirada aturdida.

Su silencio me invita a cuestionar mi actitud de sabiondo y me invita a preguntarme, ¿qué impacto podría tener la poesía de Neruda en los jóvenes de hoy, en un contexto en el que la inmediatez y la rapidez dominan la información, las conversaciones y el aprendizaje?

Me tienta la necedad de calificar: “bien” al poeta, “mal” al reguetonero, cuando lo inteligente y útil es reconocer que ambas formas de expresión tienen valor en su contexto. Los jóvenes pueden encontrar en manifestaciones artísticas como las de Bad Bunny una forma de comunicar emociones contemporáneas. No obstante, también es importante tener presente a Neruda porque ignorarlo es perder la oportunidad de acceder a una riqueza literaria que trasciende generaciones y a la belleza del lenguaje y a emociones que describen la experiencia humana.

La clave está en el equilibrio de disfrutar con la música urbana y con el poder transformador de la poesía clásica. Mientras una forma de expresión conecta con lo inmediato y cotidiano, la otra permite reflexionar más profundamente sobre el amor, la vida y la naturaleza humana.

Los tiempos han cambiado y con ellos las formas de expresión. Las letras de Bad Bunny reflejan la realidad emocional y cultural de muchos jóvenes de hoy, con un lenguaje directo, crudo y menos poético, pero no necesariamente carente de sensibilidad. Neruda envolvía el amor, la soledad, el desamor y el dolor en elevadas, gloriosas y nobles metáforas. Las mismas emociones son abordadas en las composiciones de artistas como Bad Bunny, aunque expresadas con una sensibilidad distinta, modeladas por una cultura digital, rápida y desbordante de estímulos. Ha cambiado el contexto y la forma de comunicar. En tanto, la poesía, como la de Neruda, nos sigue conectando con emociones humanas universales que trascienden el tiempo y el espacio, y en un mundo acelerado nos invita a detenernos, a reflexionar y a encontrar belleza en lo cotidiano.

En los 120 años del nacimiento de Pablo Neruda y los 100 años del lanzamiento de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, la poesía ofrece una alternativa: un espacio para la reflexión pausada y la exploración profunda, hábitos que los jóvenes podrían descubrir y usarlos para encontrar en ella una voz que acompañe sus experiencias.

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