¿Cómo nació el puente Grau?
Por Carlos Meneses Cornejo
Construcción permitió el desarrollo de los distritos de Yanahuara, Cayma, Cerro Colorado y después el Cono Norte.
ESPECIALES: LOS AREQUIPEÑOS QUE YO CONOCÍ
Desde que se fundó Arequipa en 1540 por instrucciones específicas del conquistador Francisco Pizarro, los que venían hacia aquí desde Camaná supieron que se alejaban de las pestes, pero se debían preparar para sufrir los temblores y terremotos. También descubrieron que el Chili era un río mágico capaz de permitir la agricultura y el envidiable verdor de sus caminos.
Cuando llegó por aquí el virrey Toledo alentó la decisión de construir el puente viejo como se acostumbró a llamar al Bolognesi y en algún momento alguien tuvo la idea de hacer otro que uniera la zona central de Arequipa con lo que ahora es Yanahuara y Cerro Colorado.
Esta idea fue fomentada por el gobierno municipal que consiguió que se hiciera un plan que permitiera crear una serie de zonas paisajistas y de paseo entre uno y otro puente.
El autor de la iniciativa fue un italiano, Juan Albertazzo, arquitecto de profesión, que no supuso el gran inconveniente que habría de significar el gran terremoto que sacudió a Arequipa, destruyendo a la Catedral, reconstruida después por Poblete, y la zona escogida del trayecto del puente.
La denominación de ambos puentes Grau y Bolognesi nace después de la Guerra del Pacífico y para honrar a los 2 peruanos que pasaron a la historia por ser uno el mejor militar y el otro el marino más distinguido.
Al ocurrir el estallido de la Guerra con Chile toda obra pública fue detenida, pues habría primero que conseguir recursos para defender la patria así que el proyecto del arquitecto italiano fue guardado para mejor momento.
Una familia Vargas dueña de un terreno de lo que sería después la Quinta que lleva su nombre y donde estuvo instalado el primer monumento a Miguel Grau, vendió parte de su propiedad al Concejo Departamental para que fuera el comienzo del gran puente que prácticamente se inició con los escombros de lo que dejó el terremoto.
El 13 de agosto de 1868, el día de San Hipólito a las 15.25 horas, fue cuando llegó el terremoto Arequipa, Mollendo, Moquegua, Arica y muchos otros pueblos cayeron por tierra.
Se calcula que el sismo alcanzó una intensidad máxima de 9 grados en la escala de Mercalli modificada, duró más de 7 minutos y hubo un segundo movimiento telúrico a las 20.45 horas y 400 réplicas más multiplicaron su efecto catastrófico en Moquegua, hubo un maremoto y cuando defendió Bolognesi, Arica esta tenía aún muchos sectores en ruinas.
Pero fue común siempre que después de un terremoto Arequipa resurgiera. El diario La Bolsa en su editorial del 19 de agosto de ese mismo año afirmaba que Arequipa la bella, ya no existe y muchos técnicos de Lima quisieron mudar la ciudad a otro lugar con calles más amplias, pero la terquedad de los arequipeños pudo más.
Juan Rodríguez Prado, ingeniero aquí nacido, decidió hacer lo que el italiano no pudo y con el apoyo del gobierno central, la construcción del ferrocarril Mollendo-Arequipa-Puno y el surgimiento de la industria textil se recomenzó el puente. Su costo fue muy elevado porque demandó una gran cantidad de mano de obra de trabajadores, ciudadanos y soldados que juntos lo hicieron realidad.
Bastante tiempo después, al otro lado de la Quinta de Vargas, los industriales de la lana fomentaron la creación del llamado Parque Alpaca que fue el inicio de industrias, mataderos y cementerios que fueron creando una zona de paseo y de entretenimiento.
El puente Grau fue hecho básicamente de sillar y paralelamente nació la calle Villalba para terminar de unir, como era el deseo común, el Bolognesi con el Grau.
En un trabajo excelente del arquitecto y urbanista peruano titulado en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), Carlos Zeballos Velarde se precisa que fue el arquitecto Juan Fernández, quien logró completar la obra que después permitiría, en el Siglo XX, la construcción de la avenida La Marina como otro de los enlaces entre las dos vías arequipeñas. Era alcalde Enrique de Romaña.
Antes de empezar el puente, Arequipa era una ciudad pequeña conformada por un centro que tenía iglesias, casonas y a raíz de su construcción se desarrolló el otro lado del río Chili y posteriormente se autorizó al tranvía para que pusiera una línea que completara su recorrido en la otra banda.
Zevallos Velarde es autor de un libro sobre la Arequipa moderna y contemporánea que permite conocer el detalle de la historia urbano arquitectónica de la ciudad entre los años de 1868 y 1940.
Hay que precisar también que luego que se realizara el puente Grau se desarrollaron los distritos de Yanahuara, Cayma, Cerro colorado y posteriormente el Cono Norte y en los alrededores del puente Bolognesi se asentaron muchos aborígenes que trabajaron en él.