Por: Carlos Meneses

Lo ocurrido con los desayunos escolares o con la información de que es posible preparar sopa, segundo y hasta postre con S/10, es una burla a la realidad.

Es doble crimen el que ha cometido el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini Montes y los funcionarios de Qali Warma con el descuido evidenciado en los controles de calidad de los desayunos para escolares. Resulta inaceptable que esto ocurra con quienes a parte de ser niños son pobres y como tales reciben un subsidio estatal de pésima calidad y que obliga a sanciones ejemplares para los implicados.

No solo el titular de la citada cartera merece las más severas críticas, sino que los funcionarios responsables deberán recibir castigo ejemplar que incluya cárcel e inhabilitación, una situación similar debe suceder con el proveedor de tales productos.

No es posible que se remplace la carne de vacuno o de pollo por la de caballo, tampoco que se encuentre porquería dentro de los envases destinados a dar alimentos a los menores y mucho menos que los padres de familia tengan que detectar lo que se entrega con fechas vencidas y con residuos.

Estamos totalmente de acuerdo con sanciones ejemplares para los responsables y también creemos oportuno que las partidas presupuestales para comedores populares y escolares sean adecuadas a los valores que actualmente tienen los alimentos.

Cuando el Estado asume responsabilidad de alimentar a los niños desnutridos o anémicos y también a quienes reciben auxilio en alimentos por su comprobada pobreza, la vigilancia debe ser extrema y los responsables de malos manejos castigados ejemplarmente.