La extrabajadora del Congreso murió el pasado martes 17, una semana después de recibir múltiples disparos aún en circunstancias desconocidas. Las autoridades manejan diversas hipótesis, mientras su progenitora desea conocer toda la verdad.

Andrea Vidal, extrabajadora del Congreso de la República, murió el pasado martes 17 de diciembre tras una semana de luchar por su vida en una cama de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital 2 de Mayo, ubicado en Cercado de Lima.

Ella fue víctima del feroz ataque de sicarios la noche del lunes 9 en una concurrida avenida de La Victoria, en donde sus verdugos interceptaron el taxi en el que iba a bordo y descargaron más de 50 balazos.

Producto de lo sucedido, el Ministerio Público comenzó una investigación contra Jorge Torres, su exjefe en el Parlamento, ante la teoría de que la habrían asesinado para que no divulgue información sobre una presunta red de prostitución dentro del Palacio Legislativo, en el que estarían involucrados muchos padres de la patria.

Hasta setiembre del 2024, Vidal Gómez trabajó para Torres Saravia en la Oficina de Legal y Constitucional del Congreso. En ese contexto, según una de las hipótesis que manejan las autoridades, él le había pedido a ella contactar y contratar bajo el cargo de secretarias o asesoras a modelos, para luego ser enviadas a cumplir favores sexuales a legisladores.

“Andrea era una niña de la que cualquier padre podía sentirse orgulloso de ella. Había logrado en su vida algunas cosas que muchos lo realizamos de mayores. Ella lo había hecho pronto, había corrido demasiado. Rápido comenzó y rápido se fue. Todo lo hizo rápido, hasta se murió rápido”, contó.

“Quiero que paren de hablar de Andrea, hasta los congresistas toman su nombre. Quiero que entiendan que mi hija es una víctima, no es la culpable. Todavía no la califiquen, porque todavía no está probado, por favor”, lamentó.