La Señora de Cao fue enterrada junto a su poderosa familia

LA LIBERTAD

La cultura moche existió en la costa norte del actual Perú entre el 300 y el 950. Un nuevo estudio ofrece la primera confirmación de las relaciones familiares dentro de un grupo funerario de aquella élite, que incluye a la Señora de Cao, considerada la mujer más poderosa de la época.

El estudio, encabezado por la Universidad de Harvard (EE. UU.) y que publica la revista PNAS, ofrece “nuevos conocimientos sobre la organización social moche, las prácticas funerarias y la política basada en el parentesco”, escriben los investigadores.

El equipo reconstruyó un árbol genealógico de, al menos, cuatro generaciones formado por un hermano o dos, el hijo de uno de estos, una sobrina y un abuelo, en relación con la Señora de Cao.

Además, demostró “que el parentesco jugó un papel central en las actividades políticas y rituales de las élites moche”.

La cultura arqueológica moche floreció a lo largo de la costa norte de Perú entre los siglos IV y X de nuestra era, vivió en sofisticados complejos urbanos y se caracterizó por una compleja jerarquía social dominada por élites políticas y religiosas.

La investigación reconstruye las relaciones familiares entre un grupo de seis individuos, que incluye a la prominente Señora de Cao, enterrados juntos hacia el año 500 en un templo piramidal pintado, Huaca Cao Viejo, en el valle de Chicama.

El equipo aplicó métodos arqueológicos, genéticos e isotópicos para establecer el vínculo entre los cuatro adultos y dos jóvenes, estos últimos sacrificados.

La Señora de Cao, la primera mujer conocida con poder absoluto y rango casi semidivino dentro de la civilización moche, fue enterrada con numerosas ofrendas y junto a una joven sacrificada, posiblemente su sobrina, la cual tenía un origen geográfico y una dieta distintos.

“El hallazgo de juveniles sacrificados, estrechamente relacionados con los enterramientos principales, sugiere una forma previamente no documentada de sacrificio ritual, que recalca la complejidad de las prácticas ceremoniales moche”, agrega el texto.

El grupo funerario está formado también por al menos uno o dos hermanos, además de un abuelo en tumbas separadas cercanas. Uno de los hermanos varones fue acompañado en la muerte por su hijo sacrificado.

Estos resultados demuestran que las élites moche fueron enterradas con miembros de su familia, incluyendo algunos criados.

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