EL ESPEJO PERSONAL (2° parte)

Por Juan Manuel Zevallos Rodríguez. Psiquiatra y Magister en Salud mental del Niño Adolescente y Familia.

Ver la vida como un todo nos ayuda a comprender los lazos que unen a unos y otros, ver la vida como un todo en donde cada uno no es uno solamente sino que es la conjunción de cada acto que ha hecho, de cada acto noble, que uno es el fruto del amor y afecto de tantos seres nos permite llenar nuestro pequeños vacíos existenciales y darle razón a nuestro proyecto existencia, a cada acto que llevamos a cabo y nuestra propia relación social.

HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA

Si nuestra percepción del mundo se enlaza con la existencia de aquellos que nos rodean veremos que siempre habrá una razón para hacer bien las cosas, una razón para sonreír y para compartir lo alcanzado con los seres que nos valoran y con aquellos desconocidos que nos encontramos por los senderos de la existencia y que poco a poco llegarán a ser nuestros conocidos.

Mirarnos en un espejo debe ser un ejercicio frecuente cuando creamos que estamos solos, cuando la desventura quiera alojarse en nuestro corazón y cuando la desesperanza quiera hacernos actuar en contra de las leyes de la naturaleza y de la supervivencia.

Cada uno de nosotros somos seres humanos que podemos asumir un compromiso con la vida. No solamente haciendo aquello que más nos gusta hacer sino a la vez haciendo todo aquello que genere el menor daño posible en los seres que te rodean.

Debemos así mismo recordar que nuestros errores o fracasos también son parte de nuestra visión del mundo pero que cada uno de esos errores son como las hojas caídas de los árboles que poco a poco se van secando y que cuando ya se han desintegrado forman parte del suelo, de la tierra que rodea al árbol y que a la vez lo alimenta a través de sus raíces. Todo tiene un por qué y ese por qué explica el hecho de que nuestros errores siempre serán un bien personal.

De igual modo debemos comprender que las hojas y las flores que brotan de los árboles son símbolos de esperanza que irrigan directamente nuestros campos emocionales, que generan felicidad, compromiso y amor por la vida; así mismo generan evocaciones positivas y activan sistemas de funcionamiento cerebral asociado al bienestar no solo físico sino también emocional.

La naturaleza nos anima a vivir, nos pone los obstáculos necesarios para entender su misterio por algunos segundos y a sentirnos dichosos por lo que logramos obtener. Nuestro jardín interior entonces, si así lo entendemos, también pude ser nuestro jardín exterior sonde hacemos milagros día a día con nuestras vidas y con las vidas de nuestro prójimo.

Ver el espejo de nuestras vidas no solo es un viaje hacia un encuentro con seres humanos sino también con paisajes preciosos que adornan dichos encuentros.

La vida es un paisaje inolvidable que se renueva a diario, en nuestros ojos interiores y en nuestra visión exterior. El dolor del aprendizaje construye nuestros fuertes emocionales y genera sueños, anhelos y buenos deseos. Las heridas de encuentros pasados generan fortalezas que nos vuelven poco a poco inmunes al sufrimiento y a la indiferencia del medio social.

Saber contemplarnos en el espejo de la existencia, cristalino y puro, nos libera de las cadenas del egoísmo, de la vanidad y de la soberbia, nos vuelve más humildes y afectuosos con nuestro entorno y además nos regala la magia del saber compartir.

Hagamos un uso eficiente de nuestro ser, seamos genios en cada una de las labores que llevemos a cabo. Recuerda, no hay nadie mejor que tú, no hay nadie peor tú. Tú eres el constructor de tu vida, tú eres tu propio guía, tú eres tu fuente interminable de esperanzas. Tú eres la primera persona que debe generar el cambio para salir adelante, tu eres el primero que debe de empujar el carro físico de tu organismo para lograr avanzar por los caminos desolados de la existencia, tú eres el agua de la fuente del conocimiento que sacia tu ignorancia, tú eres el bálsamo inacabable que cura las heridas de cada caída que tienes, tú eres el milagro que construye más milagros en tu diario existir.

Eres un ser humano lleno de tantos dones, de tantas virtudes y de tantas capacidades que es imposible que falles en tu gran misión en la vida ¡vivir y servir! Deja de lado a tu ego, deja de lado tu envidia y soberbia, ingresa al mar de la solidaridad y la comprensión, en dicho mar se siente la felicidad. No te quites la oportunidad de reír el día de hoy, no tienes porqué agachar la mirada, el brillo del sol es maravilloso y tú también eres maravilloso.

Hermano mío, quítate las cadenas la servidumbre emocional y racional. Nunca fuiste esclavo, nunca tuviste limitaciones, eres un ser nacido para brillar, eres como una estrella en la tierra que lo único que debe de hacer es lucir su destello y que ilógicamente se ha olvidado que puede hacerlo, aunque lo haces a diario.

Recuerda: no hay imposibles, lo imposible vive al otro lado de la vida humana, lo imposible vive en el consciente de aquel que no cree, de aquel que ya no siente, de aquel que los sueños son olvidos y que las metas son abstractos creados por seres humanos nocivos para la existencia de los demás.

Deja de creer que hay obstáculos que nunca podrás superar, sino has hallado hoy día la respuesta a tu problema lo más probable es que estés usando la herramienta equivocada para alcanzar el resultado que tanto anhelas o lo más probable es que estés eligiendo el sendero del camino que no tiene salida. Improvisa, se creativo, libera tu mente de tus limitaciones, abre el baúl de esperanzas que habita en tu mente, deja esos grilletes que no te dejan avanzar en el dintel del camino de los fracasados, ¡tú eres un triunfador!, qué nadie te quite esa idea de la mente.

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