LA PALABRA IMPOSIBLE NO EXISTE
Por Juan Manuel Zevallos Rodríguez – Psiquiatra y Magister en Salud Mental del Niño Adolescente y Familia.
Dejar abierta la puerta de los recuerdos nocivos, seguir alimentando nuestras emociones negativas, dejarnos llevar por el tumulto de la gente y dejar de asumir con responsabilidad nuestra vida, son actos negligentes que dañan no sólo nuestra existencia, sino que tarde o temprano dañarán nuestra existencia futura.
HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA
Dejar de valorarnos es un acto recurrente a lo largo de la existencia humana. Creer que siempre podemos hacerlo todo y que nunca envejeceremos es un espejismo al cual nos apegamos con gran satisfacción a lo largo de unos cuantos años de nuestras vidas.
Asegurarle a la vida que lo único importante en el mundo es cada uno es un acto de egoísmo que no tiene otro nombre que mediocridad y timidez.
Todo lo antes describe muchos actos de destrucción personal que vivimos día a día y que pese a nuestros esfuerzos son difíciles de erradicar de nuestro pensamiento regular, pero lo más grave de todo es persistir en conceptos tan faltos de realidad como el “es imposible”.
Creer que algo no es posible de realizar significa atarnos de manos y pies y decirnos a nosotros mismos: la naturaleza me ha creado como un ser invalido en muchas áreas del funcionamiento del ser humano, soy un ser que no puede deambular ni caminar y más aún, significa negarnos a ver y a escuchar.
Lo que a continuación voy a decirles va a sonar duro, pero es cierto: cada uno de ustedes, tanto tú como yo, somos capaces de llevar a cabo cualquier acto de invención que haya llevado a cabo cualquier otro ser humano. Podemos hacerlo todo, lo único que necesitamos es quitarnos de la mente el concepto “ES IMPOSIBLE”.
Muchos a estas alturas del relato se dirán “hasta lo que ha escrito en el capítulo anterior estoy de acuerdo, pero afirmar rotundamente que puedo hacer una jugada de fútbol como lo haría el mejor jugador del momento, pintar un cuadro como lo hizo Leonardo o hacer los planos de la Catedral de San Pedro en el Vaticano, no eso ¡Si es imposible!
Pues no, no lo es. Puedes recrear toda invención humana, lo único que no puedes hacer es crear lo que Dios creo.
Pero muchos dirán ¿cómo puedo hacerlo?, ¿cuál es el secreto qué propones para tal atrevimiento?, ¿existe realmente esa magia?
Bueno, realmente si existe esa magia y tiene un nombre: voluntad. Por supuesto que a esa buena voluntad le faltan algunos ingredientes: esfuerzo, dedicación, conocimiento y abandono de las ideas del pasado.
Podemos hacer realidad cualquier creación humana, lo único que tenemos que hacer es mezclar los ingredientes antes señalados en las concentraciones adecuadas y en los momentos preciso con el fin de hacer realidad el milagro.
Recuerda: todos los seres humanos somos iguales, lo único que nos hace diferentes son nuestras capacidades y limitaciones, pero todos tenemos las mismas capacidades y las mismas limitaciones, tan solo que el valor de una y otras en cada ser humano son distintas. Y si así son las cosas, entonces todos tenemos la capacidad de inventar nuevamente un teléfono, para ello debemos de invertir el tiempo necesario para lograrlo, por ejemplo. Quizá para unos hacer un teléfono les determine un tiempo de un par de horas, quizá para ti y para mi hacerlo nos genere una inversión de varios días, pero al final podemos hacerlo.
La única diferencia en la construcción y desarrollo de una idea, es el tiempo que podemos tomarnos en cumplir a satisfacción todas las ideas requeridas para hacerlo realidad., segundos para unos, muchas décadas para otros, eso en virtud de tu mayor capacitación o de tu mayor limitación.
Entonces podemos extraer hasta el momento el concepto “nada es imposible en la invención por parte del ser humano, la única diferencia es el tiempo que debemos de tomarnos para dicha realización”.
Por lo tanto, los conceptos “no podrás hacerlo”, “no eres capaz”, o “eres un fracasado”, son actos de agresión entre seres humanos que no tienen una razón valedera. El hecho de que muchos puedan lograr realizar un problema matemático el día de hoy y yo no pueda no significa que nunca podré realizarlo, si otros pudieron yo también podré, lo único que necesito es más tiempo y ejercitar mi mente en la consecución de la respuesta esperada. La diferencia es tiempo.
Creer que es una verdad irrefutable el concepto “imposible” es como vendarnos lo ojos y caminar como lazarillos por el mundo, es como negarnos el regalo de la creatividad día a día y es como aceptar que el veneno de la incompetencia va llenando nuestra sangre de su desagradable sabor.
Por supuesto que aquí viene una razón del por qué hacer algo y por qué no hacer algo distinto. Si tienes la capacidad maravillosa para pescar y eres a la vez una persona limitada en la ejecución de pruebas de geometría vengo yo y te pregunto ¿a qué debieras de dedicarte? a pescar o a ser matemático. La respuesta lógica sería a pescar, la consejería correcta sería has uso de tus dones y explótalos a lo máximo. Pero aquí viene una contradicción de la vida; ¿qué pasaría si lo que te gusta es realmente matemática?, bueno, la respuesta cae de madura, dedícate a la matemática y capacite cada día más, el hecho de que tus capacidades naturales se hallen pobremente desarrolladas no significa que no puedas ser un genio de la matemática, con esfuerzo y dedicación de seguro que podrás lograrlo, ah, claro, tu camino será más escabroso y lleno de mayores limitaciones pero la gratificación del camino vale mucho y el resultado final significará una nueva alegría.
Un principio de la vida que no debes olvidar es: has lo que más te gusta hacer y lo que a la vez generé el menor daño posible. Es verdad, no hay nada ideal en el mundo todo es real, y cada decisión que tomes generará un bienestar a tu ser y probablemente afectará a otro. Un ejemplo claro es la del jardinero que con esmero cuida las flores del jardín y que en su avanzar para echarle agua a cada flor va pisando pequeñas hierbas que se encuentran en su camino.
Caminemos libres por el mundo y construyamos nuestros sueños, tenemos capacidades valiosas en cada uno de nuestros órganos. Ya Og Mandino en el milagro más grande del mundo detallo muchos de ellos:
Cien millones de receptores en los ojos para que contemples cada puesta de sol
Veinticuatro mil filamentos en cada oído para poder oír una canción de cuna y para sonreír ante el comentario agradable de un miembro de tu familia
Un órgano como la lengua para expresar los más bellos pensamientos hacia los seres que tanto valoras y para decir un sencillo y profundo: te amo
Más de quinientos músculos y más de doscientos huesos para poder caminar, nadar y para construir toda creación humana con paciencia y tesón
Treinta y seis millones de latidos de un corazón fuerte y valeroso que llena a cada segundo tu ser con una vitalidad que sólo Dios pudo prever
Seiscientos millones de alvéolos en tus pulmones que llenan de oxígeno y de vida tu mágico ser.
Trece mil millones de neuronas, asociadas unas con otras y que generan en cada microsegundo el milagro de las percepciones y del conocimiento del medio interno y del medio externo, así como favorecen la consolidación de los pensamientos y de las emociones de bien.
Quinientos mil detectores táctiles que te permiten sentir el mundo que te rodea desde la más blando y sutil del mundo hasta lo más duro y férreo de la creación.
