Por: Carlos Meneses

Messi escogió Lima para despedirse de los peruanos y ahora dirá adiós al mundo en la Argentina.

Podemos considerar sin temor a equivocarnos que el partido que protagonizaron Universitario de Deportes y el equipo de la liga de Estados Unidos (EE.UU.), Inter de Miami fue la despedida de la estrella del fútbol mundial, Lionel Messi, en el coloso que repletaron los limeños la noche del miércoles.

La estrella argentina se dio cuenta del momento que vivía, no solo cuando decía con las manos adiós a los peruanos sino también cuando le tributaron una gran ovación al abandonar luego de 72 minutos de juego las instalaciones del estadio Monumental de Universitario. Se acabó una época como terminaron en su momento Maradona y Pelé. El futbolista nacido en Rosario (Argentina) tiene 38 años y es indudable que su ciclo vital está virtualmente concluido.

Él ha decidido que volverá a vivir en su tierra natal, administrará desde allí todos sus bienes y su inmensa fortuna que incluye un avión privado e instalaciones en distintas naciones. Su remplazo en el mundo del balompié está cantado, es el hombre que ha conseguido colocar mil goles en el arco de sus rivales quien será la nueva figura de fútbol mundial.

Pero sin duda alguna la imagen de quien se despidió, en Lima, agitando las manos y regalando su casaquilla ya tiene ganado el derecho de tener un monumento en la propia Argentina.

La gira del equipo del Inter de Miami está concluyendo su último acto que se cumplirá cuando enfrente a la Selección de Argentina en un amistoso que nunca se podrá olvidar. El hombre que durmió con la copa del mundo en su cama que demostró señorío y calidad de persona en todas sus actividades sabe que sus últimos momentos están siendo jugados y que su despedida está cercana como antes lo fue de otros grandes del balompié, pero para quienes hoy viven, Messi no dejará de existir nunca.