Cuando El Pueblo “mató” al Partido Restaurador de Odría

Por Carlos Meneses Cornejo

El autor de la iniciativa fue el arequipeño Héctor Cornejo Chávez, jefe de la página editorial.

ESPECIALES DE AREQUIPA

Alejandro Esparza Zañartu.

Alejandro Esparza Zañartu fue el autor de un plan maquiavélico cuando Manuel A. Odría llegaba a fines de su gobierno, luego de haber derrocado al ilustre arequipeño José Luis Bustamante y Rivero. Después de años de intimidar a los civiles que no participaron del golpe contra Bustamante, Esparza Zañartu -que era director de gobierno- fue elevado a la categoría de ministro de Estado para procurar un arreglo político que les permitiera a los golpistas superar la coyuntura.

En aquel tiempo un grupo de políticos peruanos agrupados en la Coalición Nacional conspiraban contra el gobierno de Odría y recibían ayuda de financiadores que cumplían su tarea desde el Club Nacional de Lima y en Arequipa en la Democracia Cristiana.

Luego de un éxito inicial de la Coalición en Lima, se pidió la cesión del local del Teatro Municipal de Arequipa para realizar un segundo gran mitin de la Coalición Nacional; solicitud a la que comenzó a dar largas el municipio que presidía el alcalde Eduardo Gutiérrez Ballón.

Esparza Zañartu habló del tema con Odría en el mes de diciembre de 1955 y tuvo la idea de invitar a que viniera a Arequipa el entonces ministro de Guerra y arequipeño de nacimiento, Enrique Indacochea Galarreta, quien tenía familia y amigos en su ciudad natal, visitó al ministro y le expuso su plan de acción que consistía en traerlo a Arequipa para dividir a la opinión pública que era social cristiana en su mayoría y acciopopulista.

Edilberto Zegarra Ballón.

Un año antes, en 1954, el fundador del diario El Pueblo, Edilberto Zegarra Ballón, había resuelto vender el periódico que fundó, en 1901, a Juan Pardo Heeren, un millonario limeño que llamó a Jaime Rey de Castro, Manuel J. Bustamante de la Fuente, Roberto Ramírez del Villar, Mario Polar Ugarteche, Héctor Cornejo Chávez, Javier de Belaúnde, Julio Ernesto Portugal y otras personalidades ajenas al odriismo para que se hicieran cargo del periódico que funcionaba en la tercera cuadra de la calle Mercaderes.

Don Edilberto, con más de 90 años sobre los hombros, se fue a su casa en la calle San José, pues no teniendo ningún heredero que fuera periodista resolvió dejar la profesión que había ejercido durante casi 100 años.

En esa época, en Arequipa había tres periódicos y los diarios limeños llegaban por vía aérea, de los diarios locales, Noticias estaba apoyando permanentemente al gobierno de Odría, liderado por los hermanos Arispe, Alejandro y Alberto. Mientras que El Deber era un diario social cristiano, de propiedad de la Iglesia y El Pueblo se manifestó claramente a favor del restablecimiento de la democracia.

Esparza Zañartu ya había tenido conocimiento de cómo eran los arequipeños cuando un día le pidió hablar con él un joven periodista que trabajaba en el diario La Crónica de Lima y que se identificó como Mario Vargas Llosa. El joven pidió una cita para hablar con el director de gobierno, quien lo recibió de mala manera cuando Vargas Llosa le pidió mejor trato para los opositores del régimen restaurador, nombre escogido por Odría para nominar al partido que lo apoyaba en el gobierno y que había declarado fuera de la ley a los partidos Aprista y Comunista.

Esparza Zañartu contrató los altos del Hotel Central que quedaba en el segundo piso del edificio de la empresa La Comercial S.A., ubicada en la segunda cuadra de la calle Mercaderes frente al Teatro Municipal, para que se alojaran allí los matones limeños enviados por él para que se prepararan a intervenir contra la manifestación de la Coalición.

El municipio de Gutiérrez Ballón accedió a conceder el local del Teatro Municipal y al producirse un choque entre los manifestantes la Policía intervino lanzando bombas lacrimógenas dentro del teatro y actuó con energía para desalojar a los manifestantes.

Entre tanto ocurrían estos hechos, la ciudad declaró un paro general de protesta al que se plegaron empleados ferroviarios, tranviarios, vendedores del mercado San Camilo y empleados públicos y privados. La ciudad quedó paralizada, era la víspera de Navidad.

La marcha recorrió calles, el alcalde nombrado por Odría renunció y por primera vez la gente salió a las calles con la primera página de El Pueblo pregonando la verdad de la intentona de Esparza, líderes universitarios de la Universidad Nacional de San Agustín desplazaron a los políticos de la Coalición y se convirtieron en los jefes del movimiento.

Los matones se fueron de Arequipa en forma inmediata, el mando de la ciudad fue asumido por el general Ricardo Pérez Godoy que era comandante general de la Tercera División ligera quien devolvió la paz a la ciudad y ordenó liberar detenidos, mientras la calle seguía siendo controlada por los civiles.

Héctor Cornejo Chávez.

Masas de estudiantes y trabajadores acudieron a las oficinas de El Pueblo, el diario que se identificó con la verdad. En eso una turba de más de mil personas llegó a hablar con el director del diario, quien lo recibió, pero fue una sorpresa para todos ver quién estaba a cargo de la dirección. Se trataba del abogado y jefe de la página editorial, Héctor Cornejo Chávez que agradeció el gesto ciudadano y publicó en el periódico los días 24 y 25 de diciembre un aviso de defunción declarando muerto al Partido Restaurador del Perú que dirigía Odría, señalando que el duelo por tal muerte se recibiría en las funerarias locales exigiéndose la renuncia de Alejandro Esparza Zañartu.

Efectivamente, Odría aceptó la renuncia del ministro y encomendó a Ricardo Pérez Godoy imponer el equilibrio en la vida ciudadana. El paro general fue suspendido, la gente volvió a las calles para comprar los regalos navideños y festejar lo que parecía el fin de la dictadura.     

El diario Noticias sacó un desmentido sobre la muerte del Partido Restaurador se declaró ajeno a los sucesos, pero ganados por la Navidad los arequipeños no le hicieron caso.

En la calle Santa Catalina 111 y en los alrededores del mercado los matones enviados por Esparza como ingenieros y trabajadores de Toquepala escaparon de Arequipa. El Partido Restaurador publicó un aviso diciendo que estaba vivo y culpó a la Coalición y al Partido Demócrata Cristiano de Arequipa de haber publicado la falsedad de que el Partido Restaurador del Perú había muerto en la misma ciudad en la que presuntamente había nacido derrocando a Bustamante.

Posteriormente Héctor Cornejo Chávez dijo que él estaba remplazando al doctor Ramírez del Villar que había pedido licencia por su matrimonio y fue bautizado por el escritor Sofocleto como “rocoto con sotana”, firmando sus artículos con una “H” y redactando el aviso de defunción que publicó El Pueblo en dos días, así como un poema del periodista Eleazar Bustamante que fue un homenaje de Arequipa a la Navidad de los niños amamantados con coraje arequipeño.

*Datos tomados de la colección de El Pueblo y de Texao.

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