En el Perú no debe hablarse de golpes

Por: Carlos Meneses

Los países deben gobernarse como disponen las constituciones, por el mayoritario mandato de los ciudadanos y de ninguna otra forma.

No fue expresión feliz de la presidenta Dina Boluarte respecto de la posibilidad de un golpe de Estado “blanco” o “blando” que podría ocurrir en nuestro país como consecuencia de los desencuentros entre el Poder Ejecutivo y el Ministerio Público.

En el Perú no queremos oír tal expresión por los antecedentes que anteriormente se registraron en la vida de la República por parte de quienes se consideraban privilegiados de culminar carreras militares como jefes de Estado. Aquí y en toda democracia solo son aceptables los conductores de comunidades y pueblos que han merecido confianza ciudadana mediante elecciones libres y democráticas. Todo lo demás tiene que tramitarse de acuerdo a normas vigentes y ajustadas a la Constitución y esa es la invocación que ahora queremos hacer contra todo tipo de golpe de Estado -sea este “blanco” o “blando”- siempre será indebido sino se ajusta a normatividad en la que el voto popular defina quiénes deben gobernar.

Recusamos los golpes militares, pero no haremos menos por los golpes “blancos” o “blandos” que, según la presidenta Boluarte, puedan llegar a afectar el funcionamiento de la República. Los golpes de Estado de militares, los “blancos” o “blandos” nos afectan por igual a los demócratas, más si se intenta desordenar el orden constitucional claramente definido.

Lo ocurrido en Venezuela es suficientemente malo para la democracia latinoamericana y es de esperar que una experiencia semejante no se repita como ocurrió en Cuba, Nicaragua y se recorte libertades.

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