¿Podemos conservar nuestros glaciares?

Por: Fabian Drenkhan

REFLEXIONES

Las Naciones Unidas han designado el 2025 como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares y ahora celebramos por primera vez el Día Mundial de los Glaciares. Es una oportunidad clave para dirigir la atención a estos majestuosos cuerpos de hielo, fundamentales para el equilibrio ecológico y la vida humana. El Perú, hogar de la mayor extensión de glaciares tropicales del mundo, enfrenta un desafío urgente: su acelerado retroceso.

Estas grandes masas de agua congelada son esenciales para el abastecimiento hídrico, actuando como “torres de agua” que sostienen la vida en períodos de sequía. Sin embargo, su importancia va más allá de lo ambiental: forman parte intrínseca de la cosmovisión andina, representan un valor cultural y espiritual para las comunidades y generan empleo en el turismo de montaña en lugares emblemáticos como la cordillera Blanca y la cordillera Vilcanota.

Sin embargo, enfrentamos un gran problema: cada año, los glaciares peruanos pierden aproximadamente el 1 % de su superficie, lo que equivale a 1 500 canchas de fútbol. Este fenómeno genera transformaciones profundas en los ecosistemas altoandinos, afectando la disponibilidad de agua, la biodiversidad y las comunidades que dependen de estos recursos. También incrementa la inestabilidad de montañas y glaciares, lo que aumenta el riesgo de aluviones y afecta la seguridad hídrica, alimentaria y energética de las poblaciones situadas debajo de los glaciares y en otras regiones del país.

Ante esta situación, la gran pregunta es ¿podemos conservar nuestros glaciares? La respuesta es clara: no en su totalidad. Las emisiones sostenidas de gases de efecto invernadero y la falta de acciones contundentes han impedido alcanzar la meta del Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento global por debajo de 2 °C a largo plazo. En el 2024, el planeta ya superó temporalmente el umbral crítico de 1.5 °C, lo que acelera la pérdida de hielo en muchas partes del mundo.

Han surgido iniciativas para reducir el derretimiento, como el uso de geotextiles para cubrir glaciares o pintar de blanco rocas oscuras para reflejar el calor. Sin embargo, estas medidas tienen fuertes limitaciones y son cuestionables a nivel económico, ambiental y sociocultural. Hasta ahora no existe una solución tecnológica viable para conservar cordilleras glaciadas enteras.

Entonces, ¿qué opciones tenemos? Aunque no podemos evitar la desaparición de todos los glaciares, aún podemos influir en la velocidad y el impacto del cambio climático en ellos. Si no actuamos, enfrentaremos un mundo sin glaciares y con múltiples riesgos en un futuro cercano. Pero si impulsamos una agenda de mitigación climática efectiva a nivel global, podríamos extender la vida de varios glaciares y conservar algunos, y de esta manera ganar tiempo para adaptarnos de manera más resiliente –en el Perú y más allá.

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