En un partido típico de Copa Sudamericana, jugado a toda máquina, el FBC Melgar remontó el marcador adverso de 3-1 para lograr un empate de 3-3 en el último minuto con gol de Kenji Cabrera. Gran presentación del cuadro arequipeño a pesar de no lograr la victoria.

Los diez mil hinchas que asistieron al Monumental de Arequipa terminaron con el corazón en la mano pero de pie. Entre aplausos y arengas despidieron a los jugadores del FBC Melgar que dejaron el alma en la cancha para lograr un angustioso empate de 3-3 con el Vasco da Gama de Brasil.

El partido por la Copa Sudamericana se jugó a un ritmo veloz, efectivo, con buen fútbol, sin parar hasta el último minuto. Sobre todo con los melgarianos que muy pronto y durante todo el compromiso se vieron con el marcador adverso. En el fútbol no se habla de justicia solo de goles y anoche hubo seis para una igualdad que dejó la sensación de que con un poco más de tiempo pudo ser victoria para los locales.

Apenas a los 3 minutos Coutinho hizo un golazo para intentar apagar a la afición que desde el inicio parecía un volcán en erupción, con un aliento que fue incesante y que se sintió fuerte en las tribunas.

La reacción de Melgar fue con ofensiva total. Hubo centros improductivos en varios momentos por lo que la idea siempre fue la de trasladar el balón por el piso con buenos resultados. Sin embargo, Vegetti puso el segundo, Otro duro golpe, pero no como para rendirse porque poco después Rodríguez puso el descuento.

El marcador no reflejaba con el trámite del juego en el que Melgar hace rato hizo méritos para lograr por lo menos la paridad. Para colmo de males Martínez, el mejor de la cancha en varias ocasiones, erró un penal. Los mejores también se equivocan, pero no hubo tiempo para lamentos.

Con la grata sensación de que se venían mejores momentos se fueron al descanso entre aplausos por el esfuerzo y el buen fútbol que se practicaba en la bien conservada cancha del Monumental de Arequipa.

Vino otro golpazo de la visita. Un error en defensa ocasionó el tercer gol de Vasco, otra vez Vegetti y nuevamente en los primeros minutos.

El “Dominó” no se iba a rendir. Hubo cambios urgentes. Ribonetto se la jugó entera. Metió a Bordacahar, Castro, Guzmán y Tandazo buscando la remontada que parecía imposible.

Sí se pudo. Con juego rápido y pases precisos se encontró a Castro que puso el 3-2 y luego Kenji Cabrera se elevó cual ave fénix para poner el empate de 3-3 cuando se jugaban 90 minutos y el partido expiraba.

Las tribunas erupcionaron como si fuera un triunfo, fue empate, pero eso no importaba. No se perdió ante un grande del fútbol sudamericano, se le jugó sin vergüenza, se levantó la cabeza todo el tiempo a pesar de las adversidades, nunca se tiró la toalla. Con un poco de tiempo más otro hubiera sido el cantar, es seguro.

Anoche se empató en el fútbol, pero se ganó en prestigio porque en Brasil hoy lamentan que los suyos no hayan podido cerrar una victoria ante un equipo arequipeño que cada vez se hace más grande.

Dato: Este sábado a las 3.15 p.m. el FBC Melgar recibirá en Arequipa al ADT de Tarma defiendo la punta del Apertura, la próxima semana visitan a Lanús en Argentina.