Devoción e historia de la imagen del Señor del Gran Poder

La imagen del Señor Jesús del Gran Poder que se venera en nuestra ciudad, se encuentra en la Basílica Catedral, entronizada en la Capilla a un costado del imponente Órgano Central.
ES UNA RÉPLICA EXACTA DE LA ORIGINAL
Esta escultura en madera, representa a Jesús cargando su Cruz, rumbo al Calvario. Es una réplica exacta de la original que se encuentra en Sevilla, España. Fue tallada el año 1954 por los hermanos Valentín y Domingo García Quinto, durante la gestión del monseñor Leonardo Rodríguez Ballón, quien la instaló en un retablo barroco bellamente ornamentado de la capilla más amplia de la Catedral.
Pese a haberse sacado esta bella imagen en procesiones en años anteriores, recién en 1958 se constituye la Hermandad del Señor Jesús del Gran Poder, que al paso del tiempo iría acrecentando su prestigio. En la actualidad sus miembros llegan a medio centenar sin contar benefactores ni miembros honorarios. Por otra parte, son cientos de fieles que le profesan devoción durante la Semana Santa. La procesión en Domingo de Ramos, generalmente se realiza después de la Eucaristía que se oficia a las 16:00 horas.
Como se sabe, ese día se conmemora el ingreso triunfal de Jesús en la ciudad de Jerusalén, cuando el pueblo batiendo palmas lo aclamara reconociéndolo como el esperado Mesías. Este aspecto es rememorado en nuestra ciudad, cuando antes del oficio de la Santa Misa en la Basílica Catedral, en plena Plaza de Armas los fieles forman largas filas para la bendición de las palmas a cargo del arzobispo, Mons. Javier Del Río Alba, acto que este año se realizará a las 10:00 horas.
Por la tarde a las 17:30 horas, sale en procesión la imagen de Cristo, acompañada por la “Virgen de las Penas”, y seguida por una multitud de fieles portando las palmas bendecidas en la mañana. De esta manera queda inaugurada la Semana Santa.
Según afirman los integrantes de la Hermandad del Señor Jesús del Gran Poder, se ha establecido contacto con la benemérita cofradía de tierras andaluzas, a fin de asimilar la secular tradición de los ritos que caracterizan a la procesión en Sevilla, seguida por los famosos redobles y “pasos”, de la Pasión de Jesús, actos que se imitan en la procesión arequipeña.