“Es inconcebible que el campo ferial esté abandonado 8 meses”

Por Jorge Turpo R.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, Carlos Fernández, demanda celeridad y transparencia en la transferencia del recinto ferial de Cerro Juli al Fondo de Desarrollo Regional.
PREOCUPACIÓN EN EL SECTOR EMPRESARIAL
Las 14 hectáreas del campo ferial Cerro Juli, que durante años fueron el epicentro de grandes ferias, exposiciones internacionales y conciertos multitudinarios, hoy son un desierto urbano. Pasto seco. Pintura descascarada. Escenarios desarmados. Hangares corroídos por la indiferencia.
“Es inconcebible que este espacio esté abandonado desde hace ocho meses”, sentencia con preocupación, Carlos Fernández, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa (CCIA).
Desde noviembre de 2024, cuando concluyó la concesión otorgada a la Asociación Empresarial Cerro Juli, el recinto quedó en el limbo. El Gobierno Regional de Arequipa solicitó el traspaso del bien al Ministerio de Agricultura, pero el proceso de transferencia no avanza. Y mientras los trámites se empantanan entre la burocracia de Lima y el silencio de las autoridades regionales, Arequipa pierde dinero, empleos y proyección.
UNA PÉRDIDA MILLONARIA
Carlos Fernández no duda en llamar las cosas por su nombre: “Este abandono ha significado la pérdida de más de mil empleos y millones de soles en ingresos para la ciudad. Cada mes sin actividad en Cerro Juli es una derrota para Arequipa”.
El recinto ferial no ha podido albergar ningún tipo de evento en lo que va del año. Ni ferias agropecuarias, ni ruedas de negocios, ni festivales musicales en el Jardín de la Cerveza. Todo está paralizado. Incluso la Feria Internacional de Arequipa, que tradicionalmente dinamiza la economía local en agosto, podría no realizarse.
“Y lo más grave —advierte Fernández— es que estamos arriesgando la Convención Minera Perumin 2025. ¿Nos vamos a dar el lujo de perder un evento que deja más de 20 millones de soles en ingresos para la ciudad?”
UNA CADENA DE NEGLIGENCIAS
El problema tiene nombre y apellido: inacción del Gobierno Regional y falta de claridad del Ejecutivo. Según se prometió en mayo, la entrega del campo ferial debía concretarse el 3 de junio. Pero ya ha pasado casi un mes y el terreno sigue sin transferirse.
¿La razón? Una observación del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que advirtió que el campo estaba inscrito como “bien de dominio público”, lo cual impide que se transfiera directamente al Fondo de Desarrollo Regional, como se tenía previsto.
Peor aún, se descubrió que el terreno no estaba completamente saneado, a pesar de que su uso como recinto ferial viene desde 1994.
El proceso de desafectación —es decir, el cambio de condición jurídica— sigue en trámite. Y mientras la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales y el Ministerio de Agricultura se pasan la pelota, Arequipa se queda sin ferias, sin empleos y sin respuestas.
¿Y EL LIDERAZGO REGIONAL?
Para Fernández, el papel del Gobierno Regional debe ser más proactivo. “Le exigimos al gobernador Rohel Sánchez que asuma el liderazgo que le corresponde. ¿Cómo es posible que una infraestructura como esta, en la que se han invertido millones, esté a merced del abandono?”, se pregunta.
El presidente de la Cámara de Comercio también denuncia que su institución —que fue impulsora del Fondo de Desarrollo Regional— ha sido marginada del proceso.

“No se nos ha convocado, no se nos ha informado. Y eso es inaceptable. Arequipa necesita que todos los actores estén en la mesa. No podemos seguir gestionando en la oscuridad”, cuestionó.
ESCENARIO DESARMADO
La imagen que ofrece hoy Cerro Juli es la de una ciudad que renuncia a su futuro. Los empresarios de la Asociación Empresarial Cerro Juli desmontaron el escenario principal, y sin espectáculos en el Jardín de la Cerveza, los conciertos migraron a escenarios alternos que no cumplen con las condiciones técnicas ni de seguridad del recinto ferial.
Mientras tanto, las estructuras metálicas comienzan a oxidarse. Las paredes, antes pintadas de blanco, ahora exhiben grietas y manchas. Y el pasto, que alguna vez fue jardín, se ha secado bajo el sol y el olvido.
Lo que más indigna a Fernández es la falta de plazos definidos y de voluntad política. “Han pasado ocho meses y no hay una sola señal concreta de que esto vaya a cambiar. No hay un cronograma, no hay transparencia. Y eso es lo más preocupante”, subraya.
El ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, prometió que la transferencia se concretaría. Pero como ya es costumbre en este país, la promesa quedó flotando en el aire.
La Cámara de Comercio ha pedido oficialmente que se reactive el proceso de transferencia, que se defina una hoja de ruta clara y que se incorpore a los gremios empresariales en la gestión del recinto ferial. “No estamos pidiendo favores. Estamos exigiendo responsabilidad con Arequipa”, concluye Fernández.
Porque dejar que Cerro Juli se oxide es más que un error administrativo: es un desprecio al futuro de la ciudad.