Horacio Zeballos Gámez: cuando enseñar es amar y transformar

REFLEXIÓN POR EL DÍA DEL MAESTRO

Enseñar es dar, un acto de amor que conecta almas. Es entregarse con generosidad al otro, es tocar la vida de cada estudiante con palabras, gestos y presencia, dejando en ellos una luz que no se apaga.

Enseñar es más que explicar: es sembrar humanidad, construir puentes invisibles hacia el futuro.

Es abrazar con la palabra, guiar con el ejemplo y estar presente, incluso en el silencio.

Hay algo invisible en la enseñanza, algo que vibra entre el maestro y el estudiante: una energía que conecta, que transforma.

Porque cuando se enseña con amor, se despierta la esperanza. Y eso… ya es cambiar el mundo.

El maestro Horacio Zeballos Gámez lo entendió así. Su enseñanza fue un acto de amor y también de lucha. No solo educó en el aula: educó con el ejemplo, con la voz firme, con el corazón encendido por la justicia. Defendió la dignidad del magisterio peruano, creyendo que una educación liberadora era el camino hacia un país más justo y humano.

Hoy, su legado vive en cada maestro y maestra que enseña con pasión, con sacrificio, con esperanza, aún en las circunstancias más difíciles. Horacio no está solo en los libros de historia: vive en cada aula donde se enseña con amor.

Este 6 de julio, Día del Maestro en el Perú, conmemoramos la fundación de la primera Escuela Normal de Varones en 1822, por decreto del libertador don José de San Martín, de donde Horacio fue formado. Pero más allá de la fecha, celebramos la vocación, la entrega silenciosa y el inmenso valor de quienes hacen de la enseñanza un acto de fe en la humanidad.

A ustedes, maestros y maestras del Perú, gracias por seguir creyendo, enseñando, transformando. Gracias por ser el reflejo vivo de ese legado que Horacio Zeballos Gámez quien sembró para siempre en la historia y en el alma de nuestro país.

Curiosa selección de frases emblemáticas, sentidas y combativas que suelen usarse en paros, huelgas o movilizaciones del magisterio en el Perú y América Latina, muchas de ellas inspiradas en Horacio Zeballos Gámez y en un magisterio consciente, con fuerte carga emocional, social y reivindicativa, apelando a la conciencia colectiva y al orgullo docente y de muchos gremios:

«Sin educación no hay nación”.

¡Qué nos enseñó el camarada Amarú: ¡Servir al pueblo de todo corazón!

«El maestro luchando, también está educando».

«La educación no se vende, se defiende».

“Sin luchas no hay victorias”.

¡La sangre derramada jamás será olvidada!

«No hay patria sin escuela, no hay escuela sin maestro».

«La educación no es gasto, es inversión social».

«Cómo nos enseñó Horacio: Siempre de pie, nunca de rodillas.»

«Amamos enseñar, exigimos dignidad.»

«Con hambre no se enseña, sin respeto no se aprende.»

«Como Horacio, enseñamos con la voz y con la lucha.»

» Nuestras armas: la tiza y la conciencia.»

«Seguimos su legado: educar, resistir y transformar.»

«Por la dignidad del maestro, por la justicia del pueblo.»

¡El maestro consciente, siempre está presente!

¡Ni sumisos ni callados, somos maestros organizados!

¡A ver, a ver, ¿quién dice que no se puede? ¡Aquí está el maestro que todo lo puede!

¡Somos maestros, somos verdad, enseñamos con amor y dignidad!

¡Educamos con el alma, luchamos con el corazón!

¡Con Horacio en la memoria, seguimos haciendo historia!

¡Nuestra vocación es enseñar, nuestra fuerza es transformar!

¡El aula es trinchera, y la tiza es bandera!

¡Sangre de maestro, raíz del pueblo!

¡Gobiernos de turno, escuchen de verdad: sin maestros dignos no hay sociedad!

¡Nos pagan miseria, exigen excelencia…! ¡Qué enseñen ellos con esa indiferencia!

¡No queremos limosna, exigimos respeto! ¡Basta de burlarse del maestro honesto!

¡El magisterio está de pie, porque ya se cansó de perder!

¡Hoy no enseñamos en aulas vacías, hoy enseñamos en las avenidas!

¡No más aplausos, no más discursos: ¡Queremos derechos, no tantos abusos!

¡Basta de promesas, basta de engaños! ¡El maestro no se rinde, ¡sigue luchando!

¡Educación en ruinas, palacios de oro! ¡Esa es la verdad que el pueblo ignora!

¡Como Horacio enseñamos, luchamos y no claudicamos!

¡Zeballos no murió, se multiplicó!

¡Somos la voz de Horacio, con tiza, con marcha y con coraje!

¡Maestros organizados, Zeballos vive en cada paso!

«No pedimos privilegios, exigimos justicia.»

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.