Pilares del puente Arequipa-La Joya no cumplen con la resistencia exigida

Por Jorge Turpo R.

Proyecto se ejecuta desde hace ocho años. La Contraloría revela escandalosa deficiencia y advierte que hasta el momento la gestión del gobernador regional Rohel Sánchez no gestiona los estudios definitivos para saber cómo reforzar los pilares.

REFUERZO SIGUE SIN RESPUESTA DEL GRA

La principal obra vial de Arequipa enfrenta una advertencia crítica que no ha sido atendida a tiempo: los pilares del puente de la Autopista Arequipa–La Joya no tienen la resistencia que hoy exige la normativa técnica vigente del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), por lo que deberán ser reforzados para garantizar la seguridad estructural.

Sin embargo, el Gobierno Regional de Arequipa aún no toma acciones concretas para resolver este problema. La situación podría poner en riesgo la operatividad del puente y prolongar aún más una ejecución que ya acumula años de retraso y sobrecostos millonarios.

Esta situación la revela un reciente informe emitido por la Contraloría General de la República que advierte que en mayo de 2021 el contratista solicitó a la entidad pronunciarse sobre el reforzamiento estructural de los pilares del puente, luego de que se evidenciara que varias de estas estructuras no cumplen con la cuantía mínima de armadura exigida por la normativa actual.

Las fallas se detectaron tras la aprobación de una prestación adicional de obra que incorporaba nuevas exigencias técnicas actualizadas a los estándares del MTC.

La memoria de cálculo de esa prestación concluyó que al menos cinco pilares del puente tienen deficiencias estructurales.

Por ejemplo, la pila 1 no cumple con los requisitos de resistencia en toda su altura, excepto en los tres metros inferiores. La situación es similar —y en algunos casos más grave— en las pilas 2, 7, 8 y 9.

El proyectista sugirió que, antes de aplicar refuerzos, se realicen análisis sísmicos más complejos, como el método “Push Over”, para determinar si esas deficiencias son críticas en un eventual evento extremo, como un sismo de gran magnitud.

Pero pasaron cuatro años y esos estudios aún no se concretan. Tampoco hay un pronunciamiento formal del Gobierno Regional sobre si se reforzarán o no los pilares. Lo único que hay hasta ahora son promesas escritas en cartas sin ejecución concreta.

La Contraloría advierte que esta inacción podría derivar en nuevas ampliaciones de plazo y el reconocimiento de mayores gastos generales tanto para el contratista como para la empresa supervisora, lo que alargaría aún más una obra que debió estar lista hace años.

EL PUENTE QUE NO TERMINA

El proyecto “Construcción de la vía regional Arequipa–La Joya”, que incluye el puente y sus accesos, fue adjudicado en 2017 al Consorcio La Joya II por un monto inicial de S/ 107,5 millones y un plazo de 510 días calendario.

Hoy, ocho años después, la obra no está terminada. El presupuesto actualizado alcanza los S/ 144,5 millones, con más de S/ 37 millones en adicionales, gastos por suspensión de obra y laudos arbitrales que han ido inflando la cifra inicial.

La ejecución ha sido interrumpida por múltiples factores: cambios de normativa, problemas con la supervisión anterior, ampliaciones de plazo denegadas y aprobadas parcialmente, y una serie de prestaciones adicionales que han ido ajustando el diseño inicial.

Solo el reforzamiento estructural pendiente podría desencadenar una nueva cadena de retrasos y sobrecostos si no se resuelve con prontitud.

UN PUENTE SIN DESTINO CLARO

La obra comprende un puente metálico de 175 metros de luz sobre el río Chili, que conecta Cerro Colorado con La Joya, a través de una vía de más de 24 kilómetros. Se trata del componente más emblemático de toda la autopista, ya que permitirá reducir drásticamente el tiempo de conexión entre la ciudad de Arequipa y la Panamericana Sur.

Sin embargo, todo este potencial está comprometido por una omisión técnica y administrativa. Si los pilares no son reforzados, el puente podría no ser habilitado para el tránsito vehicular pesado o, peor aún, significar un riesgo estructural en caso de un sismo.

A pesar de que el propio Gobierno Regional, a través de la Gerencia de Infraestructura, reconoció en 2021 la necesidad de realizar un “análisis más refinado” para decidir si se requería reforzar los pilares, nada se ha hecho desde entonces. El último compromiso fue ejecutar el análisis de forma paralela a los trabajos de la superestructura, pero eso tampoco ocurrió.

Según el calendario vigente, el puente debería estar terminado el 8 de septiembre de 2025. Pero la falta de respuesta técnica sobre la seguridad estructural de sus pilares pone en duda ese cronograma.

Además, la ausencia del personal clave de la supervisión —como detectó la Contraloría en este mismo informe— también debilita el control de calidad y puede agravar el problema.

RESALTAR

La falta de decisión sobre un tema tan crítico no solo expone un proyecto emblemático al riesgo de convertirse en ‘elefante blanco’. También deja en evidencia la fragilidad del sistema de gestión de inversiones del Gobierno Regional, incapaz de responder técnicamente a un problema detectado hace más de cuatro años.

Arequipa necesita esta autopista. Pero más que terminarla, necesita terminarla bien. Eso empieza por reforzar lo que hoy se sostiene con promesas: sus pilares.

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