Por Jorge Turpo R.

Pacientes exigen celeridad en proceso de compra de los equipos faltantes. Hace 20 días que el principal hospital de EsSalud en Arequipa se quedó sin marcapasos. La compra de 50 equipos está entrampada y la salud de los pacientes se deteriora y hasta corren el riesgo de fallecer.

DENUNCIAN GRAVE SITUACIÓN EN EL HNCSE

En el hospital más importante de EsSalud en el sur del Perú, los latidos están en cuenta regresiva. El Hospital Nacional Carlos Alberto Seguín Escobedo de Arequipa se ha quedado sin marcapasos desde hace más de 20 días y, según denuncian familiares de pacientes, al menos ocho personas están a la espera urgente de uno para seguir con vida. El proceso de compra está entrampado y la gerenta de la Red Asistencial de EsSalud, Guadalupe Mamani, guarda silencio hasta el momento.

La situación es crítica. “Conocimos la versión de los familiares de pacientes cardíacos que hoy se encuentran hospitalizados y que podrían morir si no se les coloca un marcapasos definitivo”, explica uno de ellos. “A mi padre, por ejemplo, lo quisieron derivar del hospital de Escomel al Nacional, pero este se negaba a aceptarlo porque no tenía marcapasos. Literalmente, no tenían cómo salvarle la vida”.

Los médicos de cardiología, según la misma fuente, han estado exigiendo desde hace meses la compra de estos dispositivos. No obstante, por trabas administrativas, la adquisición sigue sin concretarse.

A pesar de que se anunció la compra de 50 marcapasos, la adquisición sigue estancada en una etapa que “supuestamente” solo requiere una firma final. Pero esa firma no llega.

Mientras tanto, los médicos han optado por usar marcapasos provisionales, una alternativa riesgosa y de corta duración. “Ese dispositivo se introduce por la arteria del cuello hasta llegar al corazón, pero al ser externo, puede infectarse con facilidad. Además, su eficacia máxima es de apenas siete días”, explica el familiar de otro paciente.

El riesgo no es menor: si el marcapasos provisional se infecta o se desconecta por algún movimiento del paciente, este puede sufrir un paro cardíaco fulminante. Y no todos pueden recibir más de un marcapasos temporal. Las arterias se dañan con cada intento. “Algunos ya han recibido tres provisionales y no hay más opciones. En esos casos, si no llega uno definitivo, simplemente mueren”, lamenta.

Los médicos están desbordados. “Ya hemos reclamado, hemos gritado, hemos hecho todo lo que podemos. Administración y gerencia no hacen nada”, aseguran.

Según relatan los familiares, incluso los propios médicos les han confesado que se sienten impotentes porque serán ellos quienes den la cara cuando un paciente fallezca, aunque el problema no es médico, sino burocrático.

Uno de los familiares llegó a conversar con personal administrativo. “Me dijeron que el trámite de compra podría tardar 10 días más, pero hay pacientes que llevan esperando 20. No van a resistir”, señala.

El caso de su padre es aún más delicado. Él padece una enfermedad inmunológica que lo hace más propenso a infecciones. “Está postrado como una estatua. No puede moverse porque el marcapasos provisional entra por el cuello y cualquier mal movimiento lo puede desconectar. Y si eso pasa, le da un paro”.

Intentaron derivarlo a Lima o a una clínica privada, pero tampoco fue posible. “Salud no permite que uno compre un marcapasos por su cuenta. Y aunque tuvieras el dinero —una operación cuesta unos 30 mil soles— no puedes mover al paciente con un provisional. Está condenado a esperar”.

Esa condena, aseguran, se extiende a todos. En una conversación reciente entre personal administrativo y cardiología, quedó claro que no solo no hay marcapasos definitivos, sino que también se han agotado los provisionales.

“De los cuatro que había, tres ya se usaron y solo queda uno. Después, los que lleguen no tendrán ni siquiera esa mínima opción de estabilización”.

En los últimos días, algunos pacientes eran admitidos sólo para ser estabilizados con medicamentos y luego dados de alta.

“Los médicos sabían que no había marcapasos, pero tampoco podían hacer más. Les pedían que los saquen rápido para dar paso a otros que tal vez sí podrían sobrevivir con la única pieza que quedaba”.

La situación en el Hospital Nacional Carlos Alberto Seguín Escobedo no sólo pone en evidencia una emergencia médica, sino también una grave negligencia administrativa. La vida de los pacientes pende de un hilo, mientras la firma que puede destrabar la compra sigue pendiente. Y, por ahora, la gerenta Guadalupe Mamani no responde.

Porque en EsSalud Arequipa, el corazón de los pacientes late al ritmo de la burocracia.