Índice de Desarrollo Humano e INCORE 2025 sin avances

PROFUNDAS BRECHAS REGIONALES PERSISTEN

El Índice de Desarrollo Humano y el Índice de Competitividad Regional demuestran que la desigualdad regional en el 2025 persiste pese al discurso oficial de crecimiento. Mientras el Gobierno celebra supuestos avances, miles de peruanos siguen sin acceso a servicios básicos ni oportunidades reales, según información de Vigilante.pe.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) 2025, publicado recientemente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ofrece un panorama revelador del estado del bienestar en el Perú. Este indicador, que considera tres dimensiones clave —esperanza de vida, educación e ingreso per cápita— ubica al país con un índice promedio de 0,662 al cierre del año pasado, lo que representa un crecimiento de 2,1 % respecto de 2017. Esta cifra coloca al Perú en la categoría de desarrollo humano medio, una posición que, aunque positiva, esconde una preocupante disparidad entre sus distintas regiones.

El informe del PNUD resalta que mientras algunas regiones del Perú muestran avances significativos en materia de salud, educación y nivel de vida, otras enfrentan graves desafíos estructurales que frenan su desarrollo. La desigualdad, tanto entre regiones como dentro de ellas, se mantiene como uno de los principales obstáculos. Y advierte que para retomar el ritmo de crecimiento también se debe reconstruir la confianza tanto entre los ciudadanos como hacia las instituciones del Estado.

A este diagnóstico se suma el más reciente Índice de Competitividad Regional (INCORE) 2025, elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), que evalúa el desempeño de las regiones en pilares como educación, infraestructura, entorno económico e institucionalidad. Ambos informes permiten trazar un panorama más completo y preciso de las oportunidades y carencias en el país, según Vigilante.pe.

AREQUIPA Y LIMA: REGIONES CON DESIGUALDAD LATENTE

Según el PNUD, Arequipa lidera el desarrollo humano regional junto con Lima, al registrar un Índice de Desarrollo Humano de 0,74. Este resultado refleja un nivel de bienestar superior al promedio nacional, sustentado en indicadores destacados como la esperanza de vida (82,07 años), los años promedio de escolaridad (10,54) y el ingreso per cápita (1 061,6 soles). Sin embargo, al incorporar el factor de desigualdad, el IDH de Arequipa se reduce a 0,63, lo que representa una pérdida del 14,44 %. Ambas regiones son superadas únicamente por Moquegua, cuyo IDH es un 76 % más alto.

Por otro lado, el INCORE 2025 ubica a Arequipa como la segunda región más competitiva en el pilar de Infraestructura, con un puntaje de 7,4. Aunque recupera terreno en comparación con la edición anterior —cuando ocupó el tercer lugar—, aún no alcanza el desempeño logrado en 2020. Esto evidencia que, si bien la región mantiene altos niveles de competitividad, persisten desafíos importantes para avanzar hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.

PUNO: DESARROLLO LIMITADO Y COMPETITIVIDAD EN CAÍDA LIBRE

La región de Puno continúa rezagada en desarrollo humano, con un IDH de apenas 0,53. Si bien su esperanza de vida (74,93 años) es razonable, el nivel educativo promedio se queda en 7,94 años de escolaridad y el ingreso per cápita apenas supera los 541,9 soles. Cuando se incorpora la desigualdad, su IDH cae aún más, a 0,44, con una pérdida total del 18,27 %, una de las más altas del país, según el PNUD.

Pero la realidad se agrava cuando se observa la competitividad regional. De acuerdo con el Índice de Competitividad Regional 2025 del IPE, Puno retrocedió al puesto 23, su peor posición desde 2016. Ocupa el último lugar en los pilares de Infraestructura e Instituciones, y el penúltimo en el pilar Laboral. La región también cayó cuatro posiciones en este último pilar por el incremento de las brechas de género en participación e ingresos. Además, en infraestructura perdió un puesto por la caída en la cobertura de agua y saneamiento en los hogares.

Brechas en educación, ingresos, salud, infraestructura y empleo afectan calidad de vida.

CUSCO: ENTRE POTENCIAL TURÍSTICO Y BRECHAS PERSISTENTES

El informe del PNUD ubica a Cusco en un nivel medio de desarrollo humano (0,60). La región destaca por una alta esperanza de vida (80 años en promedio), pero esta cifra contrasta con los bajos niveles educativos (7,64 años de escolaridad) y un ingreso per cápita modesto de 684,4 soles. Además, la concentración de riqueza en su capital regional genera grandes brechas con los distritos periféricos, lo que explica una pérdida por desigualdad del 18,24 %, casi tan alta como la registrada en Puno.

Por su parte, el INCORE 2025 posiciona a Cusco en el puesto 7 de 25 regiones, una ubicación destacada en el ranking general de competitividad. Este buen desempeño muestra que, pese a sus desafíos en desarrollo humano, Cusco mantiene fortalezas económicas e institucionales que podrían ser aprovechadas para reducir las brechas internas si se implementan políticas focalizadas.

Estos resultados dejan en evidencia que, aunque el Perú ha logrado mantener un nivel de desarrollo humano medio positivo, la experiencia del desarrollo y la competitividad varía profundamente de una región a otra. Las brechas en educación, ingresos, salud, infraestructura y empleo no solo afectan la calidad de vida de millones de ciudadanos, sino que limitan el potencial del país en su conjunto.

¿Qué se necesita para mejorar? Los expertos de la Asociación de Contribuyentes del Perú coinciden en que para elevar el Índice de Desarrollo Humano y mejorar la competitividad regional se requiere una política pública más descentralizada y focalizada, con énfasis en fortalecer la educación en zonas rurales y urbanas marginales, mejorar el acceso a servicios de salud de calidad, cerrar las brechas de infraestructura, promover la diversificación económica y reducir la desigualdad mediante mecanismos redistributivos eficaces.

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